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XV Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Miércoles
Mt 11, 25-27
Escondiste estas cosas a los sabios y las revelaste a la gente sencilla . Sí, sólo
el Hijo conoce al Padre. Él, que “está en el seno del Padre” (Jn 1, 18), nos ha
acercado este Padre, nos ha hablado de Él, nos ha revelado su rostro, su corazón.
En efecto, cada palabra de la Escritura es para nosotros una palabra de vida, que
debemos escuchar con suma atención. De modo especial, el Evangelio constituye el
corazón del mensaje cristiano, la revelación total de los misterios divinos.
En su Hijo, la Palabra hecha carne, Dios nos lo ha dicho todo. En su Hijo, Dios
nos ha revelado su rostro de Padre, un rostro de amor, de esperanza. Nos ha
mostrado el camino de la felicidad y de la alegría. Durante la consagración,
momento particularmente intenso de la Eucaristía, porque en él recordamos el
sacrificio de Cristo, estamos llamados a contemplar al Señor Jesús, como santo
Tomás: “Señor mío y Dios mío” (Jn 20, 28).
Dios, que es Amor, ha revelado su rostro de Padre omnipotente y
misericordioso en Jesucristo, Nuestra sólida esperanza es, por lo tanto, Cristo: en él
Dios nos ha amado hasta el extremo y nos ha dado la vida en abundancia (cf. Jn
10, 10), la vida que cada persona, a veces incluso de forma inconsciente, anhela
poseer.
El rostro de Dios es la meta de la búsqueda espiritual del creyente: poder
“gozar de la dicha del Señor” (v. 13). “Buscar el rostro del Señor” es sinónimo de
entrar en el templo para celebrar y experimentar la comunión con el Dios vivo y
personal. Por consiguiente, en la liturgia y en la oración personal se nos concede la
gracia de intuir ese rostro, que nunca podremos ver directamente durante nuestra
existencia terrena (cf. Ex 33, 20). Pero Cristo nos ha revelado, de una forma
accesible, el rostro divino y ha prometido que en el encuentro definitivo de la
eternidad -como nos recuerda san Juan- “lo veremos tal cual es” (1 Jn 3, 2). Y san
Pablo añade: “Entonces lo veremos cara a cara” (1 Co 13, 12). Escondiste estas
cosas a los sabios y las revelaste a la gente sencilla Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)