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XV Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Sábado
Mt 12, 14-21
“He aquí a mi siervo, a quien sostengo yo…” . El Evangelio, especialmente el de
San Mateo, hace referencia muchas veces al libro de Isaías, cuyo anuncio profético
se realiza en Cristo. La página evangélica de hoy nos introduce en la figura y misión
del Siervo de Dios, Jesús, del profeta Isaías.
En todo lo que Jesús de Nazaret, el Hijo del hombre, hacía o enseñaba, se
cumplían las palabras del profeta Isaías (cf. Is 42, 1) sobre el Mesías: “He aquí a mi
siervo a quien elegí; mi amado en quien mi alma se complace. Haré descansar asar
mi espíritu sobre él...” (Mt 12, 1 8). El Hijo de Dios, al nacer de la Sierva del Señor,
se ha hecho Siervo: Siervo de Dios, Siervo de nuestra redención.
Jesús es el elegido Siervo de Dios (cf. por ejemplo, Act 3, 13; 3, 26; 4, 27; 4,
30; 1 Pe 2, 22-25), que cumple la misión del Siervo de Yahvéh y trae la nueva ley,
es la luz y alianza para todas las naciones (cf. Act 13, 46-47).
Jesús, verdadero siervo de Dios y Cordero de Dios (cf. Jn 1,29), mediante su
intercesión de amor ha expiado todos nuestros pecados (cf. 1 Jn 2,2). Según el
Concilio, Cristo nos enseña a llevar la cruz que la carne y el mundo echan sobre los
hombros de los que buscan la paz y la justicia (GS 38). Nos enseña a asumir la
función y la actitud del Siervo.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)