Carta del Obispo de Posadas para el domingo 33º durante el año 13 de noviembre de 2011 .
¿EL FIN DEL MUNDO?
El texto del Evangelio de este domingo (Mt. 25, 14-30) habla sobre la parábola de los talentos,
presentándonos el tema de la segunda venida del Señor, y la necesidad de multiplicar los “talentos”
o “dones” que Él nos da. Durante el tiempo de Adviento que iniciaremos en pocas semanas
profundizaremos sobre esta segunda venida del Señor, “La Parusía”, presentada en la Liturgia en
relación a la preparación a la Navidad.
Escuchamos habitualmente que muchos hablan sobre “el fin del mundo”, y cada tanto aparecen
fechas y días pronosticados, generando en algunos miedos e incertidumbres sin entender bien de
que se trata. Es cierto que a veces los cristianos no reflexionamos suficientemente sobre este tema,
ya que no es lo mismo si al final del camino no hay nada, ni nadie que nos espera o si en la meta de
la existencia hay una presencia y un abrazo: “Peregrinar la vida, engendrar y educar hijos, construir
historia, aportar al amor y forjar futuro, no tienen los mismos motivos si el vacio lo ha de devorar todo
o si al final nos espera Alguien” (Jesucristo Señor de la Historia Nº 15).
En el texto para el año jubilar de 2000 “Jesucristo Señor de la Historia” se hace una referencia
directa a este tema subrayando que nuestra vida está cargada de sentido: “La cercanía del tercer
milenio ha puesto en primer plano la cuestión del futuro de la humanidad y ha favorecido la difusión
de una gran variedad de ideas sobre lo que vendrá. Para algunos, el mundo está cerca de su final
catastrófico, la destrucción estaría a las puertas y hasta tendría fecha precisa. Extrañas predicciones,
antiguas y nuevas, asegurarían que el fin está cerca. Para otros, el universo está en su infancia,
recién ha concluido su primera etapa de vida; ha comenzado una nueva era. Hay quienes piensan
que simplemente no hay futuro, el porvenir posee tan poco significado como lo tiene el presente y lo
tuvo el pasado. Otros viven como si todo se redujera al instante, al hoy y aquí, para alcanzar el
mayor bienestar posible. El tiempo se contrae en el hoy, sin memoria del ayer y sin apertura al
mañana; el futuro sería una ilusión que distrae del presente e impide vivirlo a fondo. La falsa idea de
la reencarnación, la afirmación de que tenemos varias vidas sucesivas, lamentablemente gana hoy
adeptos, incluso entre los cristianos”. (15)
Por todo esto es fundamental que los cristianos renovemos nuestra fe y comprensión sobre el
sentido de la historia y la causa de nuestra esperanza, que es Jesucristo, el Señor: “ La situación
cultural actual, crecientemente plural, nos invita a redescubrir la originalidad del mensaje judeo-
cristiano sobre la historia: un camino personal y comunitario con origen, sentido y plenitud final en
Dios”. (15)
Si leemos la parábola de este domingo sobre la necesidad de multiplicar “los talentos” o “dones” en
la vida presente comprenderemos que la espera del encuentro definitivo con Dios no es pasiva, ni
alienante, sino con una esperanza activa y comprometida con el hoy de nuestra historia: “Los
creyentes encontramos en nuestra fe un nuevo motivo para trabajar en la edificación de un mundo
más humano”. (16)
Es bueno que lo clarifiquemos este tema del fin del mundo que hoy escuchamos, junto a sus
predicciones y fechas La segunda venida del Señor para los cristianos es una espera gozosa, y nos
llevará en el Adviento a pedir en la liturgia: “Ven Señor Jesús”. En cuanto a estos anuncios debemos
ser claros y no dejarnos engañar con aquellos que afirman mesiánicamente “soy yo”, y también “el
tiempo está cerca”. San Lucas va a decir: “No los sigan” (Lc, 21, 8). En nuestro camino deberemos
ser sinceros y señalar que tendremos una larga espera, cruces y persecuciones, así como gozos y el
ciento por uno pascual. Todo esto es parte de un peregrinar cargado de sentido y que nos lleva a un
encuentro donde nos espera una “Presencia y un Abrazo”.
Les envío un saludo cercano y hasta el próximo domingo. Mons. Juan R. Martínez.