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XVIII Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Martes
Mt 14, 22-36
Mándame ir a ti caminando sobre el agua . El pasaje del evangelio de san
Mateo que acabamos de leer nos lleva al lago de Genesaret. Los Apóstoles habían
subido a la barca para ir a la otra orilla por delante de Cristo. Y he aquí que,
remando en la dirección elegida, lo vieron precisamente a él caminando sobre el
lago. Cristo caminaba sobre el agua como si se tratara de tierra sólida. Los
Apóstoles se turbaron, creyendo que era un fantasma. Jesús, al oír el grito, les
habló: “¡Ánimo!, soy yo; no temáis” (Mt 14, 27). Entonces Pedro dijo: “Señor, si
eres tú, mándame ir donde ti sobre las aguas” (Mt 14, 28). Y él le dijo: “¡Ven!” (Mt
14, 29). Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas. Pero, ya cerca
de Cristo, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a
hundirse, gritó: “¡Señor, sálvame!” (Mt 14, 30). Al punto Jesús, tendiendo la mano,
le agarró y, sujetándole para que no se hundiera, le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por
qué dudaste?” (Mt 14, 31).
No fue el viento el que hizo hundirse a Pedro en el lago, sino su falta de fe. A
la fe de Pedro le faltó un elemento esencial: abandonarse plenamente a Cristo,
confiar totalmente en él en el momento de la gran prueba; le faltó la esperanza sin
reservas en él. La fe y la esperanza, junto con la caridad, constituyen el
fundamento de la vida cristiana, cuya piedra angular es Jesucristo.
La fe en Cristo y la esperanza de la que él es maestro permiten al hombre
alcanzar la victoria sobre sí mismo, sobre todo lo que hay en él de débil y
pecaminoso, y al mismo tiempo esta fe y esta esperanza lo llevan a la victoria
sobre el mal y sobre los efectos del pecado en el mundo que lo rodea.
Conscientes de nuestros límites y de nuestras miserias, no podemos confiar en
nuestras pocas fuerzas. Gritemos como Pedro “Señor Sálvame!”. Y en seguida
Jesús extenderá su mano agarrándonos (cfr. Mt 14,31) y sentiremos su dulce y
fructuoso reproche: “Hombre de poca fe, por qué dudaste?”.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)