EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Sábado de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario
Libro de Daniel 7,15-27.
Yo, Daniel, quedé profundamente turbado en mi espíritu, y las visiones de mi
imaginación me llenaron de espanto.
Me acerqué a uno de los que estaban de pie y le pregunté la verdad acerca de todo
aquello. El me habló y me hizo conocer la interpretación de las cosas.
"Esos cuatro animales enormes son cuatro reyes que se alzarán de la tierra;
y los Santos del Altísimo recibirán la realeza, y la poseerán para siempre, por los
siglos de los siglos".
Entonces quise saber la verdad acerca del cuarto animal, que era diferente de todos
los demás, extremadamente horrible, y que tenía dientes de hierro y garras de
bronce: el que devoraba, trituraba y pisoteaba el resto con las patas;
y también acerca de los diez cuernos de su cabeza, y del otro cuerno que se había
elevado y ante el cual habían caído tres; es decir, el cuerno que tenía ojos y una
boca que hablaba con insolencia, y que parecía más grande que los otros.
Yo miraba, y este cuerno hacía la guerra a los Santos del Altísimo y prevalecía
sobre ellos,
hasta que vino el Anciano, se hizo justicia a los Santos del Altísimo y llegó el
momento en que los Santos entraron en posesión de la realeza.
El habló así: "En lo que respecta al cuarto animal, habrá sobre la tierra un cuarto
reino, diferente de todos los reinos: él devorará toda la tierra, la pisoteará y la
triturará.
En cuanto a los diez cuernos, de este reino surgirán diez reyes, y otro surgirá
después de ellos: será diferente de los anteriores y abatirá a tres reyes.
Hablará contra el Altísimo y maltratará a los Santos del Altísimo. Tratará de
cambiar los tiempos festivos y la Ley, y los Santos serán puestos en sus manos por
un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo.
Pero luego se sentará el tribunal, y a ese rey se le quitará el dominio, para que sea
destruido y aniquilado definitivamente.
Y la realeza, el dominio y la grandeza de todos los reinos bajo el cielo serán
entregados al pueblo de los Santos del Altísimo. Su reino es un reino eterno, y
todos los imperios lo servirán y le obedecerán".
Libro de Daniel 3,82.83.84.85.86.87.
Hombres todos, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Israel, bendice al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Sacerdotes, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Siervos del Señor, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Espíritus y almas de los justos, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo
eternamente.
Santos y humildes de corazón, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo
eternamente.
Evangelio según San Lucas 21,34-36.
Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las
preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes
como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.
Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de
ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre".
comentario del Evangelio por
San Máximo Confesor. ( 580-662), monje y teólogo
Discurso ascético; PG 90, 912
De pie delante del Hijo del Hombre
Te suplicamos, Señor, Dios de bondad, que el misterio de la salvación
realizado por nosotros en tu Hijo unigénito, no se convierta en nuestra
condenación; que "no nos aleje de tu presencia." No rechaces nuestra condición
miserable, al contrario, ten compasión de nosotros por tu gran misericordia; "sólo
tu infinita misericordia borra nuestros pecados." Por lo tanto, al presentarnos ante
ti, en tu gloria, lejos de merecer la condena, obtendremos la protección de tu Hijo
único, y no seremos condenados como malos servidores... Sí, Maestro y Señor
todopoderoso, escucha nuestra súplica: "No conocemos otro como tú". Invocamos
tu nombre, ya que tú eres "El que obra todo en todos", y cerca de tuyo, nos
encontramos seguro.
"Señor, mira desde el cielo y desde tu santa gloria. ¿Dónde está tu amor
celoso y poderoso? ¿Dónde están tu piedad y misericordia infinita? Tú eres nuestro
Padre: Abraham no puede reconocernos... Tú, Señor, Padre nuestro, líbranos,
porque desde el principio tu nombre ha sido invocado por nosotros "y el nombre de
tu único Hijo, y de tu Espíritu Santo. "¿Por qué nos dejas errar lejos de tus
caminos? ... ¿Por qué nos has abandonado a nuestras fuerzas, y nos has dejado
extraviar?» Haz volver hacia tí a tus siervos, Señor, en el nombre de tu santa
Iglesia, en nombre de todos los santos de otros tiempos...
"¡Oh, si rasgases el cielo! Las montañas temblarían ante tí, se derretirían
como cera ante el fuego... Desde antiguo hemos escuchado y nuestros ojos no han
contemplado a otro Dios más que a tí... Tú eres nuestro Padre ...todos somos obra
de tus manos ...Todos somos tu pueblo."
(Referencias bíblicas: Sal. 50,13.3; Jdt 8,20; 1 Cor 12,6; Is 63,15 a 19 LXX; Sal.
96.5; Is 64, 3.7-8)
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”