Jueves 17 de Noviembre de 2011
Jueves 33ª semana de tiempo ordinario 2011
1Macabeos 2,15-29
En aquellos días, los funcionarios reales encargados de hacer apostatar por la
fuerza llegaron a Modín, para que la gente ofreciese sacrificios, y muchos israelitas
acudieron a ellos. Matatías se reunió con sus hijos, y los funcionarios del rey le
dijeron: "Eres un personaje ilustre, un hombre importante en este pueblo, y estás
respaldado por tus hijos y parientes. Adelántate el primero, haz lo que manda el
rey, como lo han hecho todas las naciones, y los mismos judíos, y los que han
quedado en Jerusalén. Tú y tus hijos recibiréis el título de grandes del reino, os
premiarán con oro y plata y muchos regalos." Pero Matatías respondió en voz alta:
"Aunque todos los súbditos en los dominios del rey le obedezcan, apostatando de la
religión de sus padres, y aunque prefieran cumplir sus órdenes, yo, mis hijos y mis
parientes viviremos según la alianza de nuestros padres. El cielo nos libre de
abandonar la ley y nuestras costumbres. No obedeceremos las órdenes del rey,
desviándonos de nuestra religión a derecha ni a izquierda."
Nada más decirlo, se adelantó un judío, a la vista de todos, dispuesto a
sacrificar sobre el ara de Modín, como lo mandaba el rey. Al verlo, Matatías se
indignó, tembló de cólera y en un arrebato de ira santa corrió a degollar a aquel
hombre sobre el ara. Y entonces mismo mató al funcionario real, que obligaba a
sacrificar, y derribó el ara. Lleno de celo por la ley, hizo lo que Fineés a Zamrí, hijo
de Salu. Luego empezó a gritar a voz en cuello por la ciudad: "El que sienta celo
por la ley y quiera mantener la alianza, ¡que me siga!" Después se echó al monte
con sus hijos, dejando en el pueblo cuanto tenía. Por entonces, muchos bajaron al
desierto para instalarse allí, porque deseaban vivir según derecho y justicia.
Salmo responsorial: 49
R/Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
El Dios de los dioses, el Señor, habla: / convoca la tierra de oriente a
occidente. / Desde Sión, la hermosa, Dios resplandece. R.
"Congregadme a mis fieles, / que sellaron mi pacto con un sacrificio." /
Proclame el cielo su justicia; / Dios en persona va a juzgar. R.
"Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, / cumple tus votos al Altísimo / e
invócame el día del peligro: / yo te libraré, y tú me darás gloria." R.
Lucas 19,41-44
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo
llorando: "¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero
no: está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de
trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no
dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida."
COMENTARIOS
En nuestro mundo, la desigualdad entre ricos y pobres, cada vez mayor y
más escandalosa, es en muchos casos negada y ocultada por quienes tienen poder
y gobiernan las naciones. Cuando esto sucede, la paz es imposible de alcanzar,
porque se nos condena a vivir en una sociedad violenta que excluye a los más
vulnerables: niños, jóvenes, mujeres y ancianos.
Reconocer hoy lo que conduce a la paz es salir al encuentro, acercarnos y
acompañar a las víctimas de la pobreza y la exclusión, generando de manera
creativa alternativas con la calidad del Evangelio, que favorezcan el desarrollo de la
vida.
Juan Alarcón, s.j..
(Extracto de servicios KOINONÍA)