Comentario al evangelio del Lunes 21 de Noviembre del 2011
Queridos Amigos:
El evangelio de hoy es continuación de una serie de enseñanzas ofrecidas por Jesús mientras predicaba
la Buena Noticia en el templo. "Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie. Porque
todos los demás han dado como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, ha dado
todo lo que tenía para vivir" (Lc 21, 3-4).
No parece muy sensato que sea necesario dar todo lo que se tiene para vivir, por las consecuencias
obvias que conllevaría. De todos modos, Jesús llama la atención sobre el ejemplo concreto; y enfatiza
que la donación de la viuda tiene mayor mérito. Al fondo de estas palabras subyace la conexión entre
intención y acción. Casi siempre solemos pensar que si la intención es positiva, también lo es la acción.
Pero esto no tiene por qué cumplirse siempre (sería legítimo afirmar entonces que “el fin justifica los
medios”).
Esta comparación que hace Jesús entre la ofrenda de “la viuda” y la de “todos los demás” me hace
pensar en lo siguiente: no es fácil desprenderse de todo lo que se tiene, especialmente en estos
momentos de crisis (aunque no sólo económica) que vive el mundo. Desde la sensatez se imponen
unos mínimos de previsión, especialmente a quienes tienen obligaciones para con otros; un padre de
familia no debe “aventurar” el futuro de sus hijos. Parece que la clave residiera en compartir, una
buena manera de dar; así cada quien da según sus posibilidades: dar y/o darse. De modo que, quien
tiene mucho puede dar mucho y el que tiene menos, da menos. Creo que lo importante es que el
corazón y la mano no se nos paralicen cuando somos testigos de la necesidad ajena.
Que como María -hoy celebramos la fiesta de su Presentación en el templo- vivamos en generosidad
para que sepamos ofrecer y ofrecernos, incluso antes de que se nos pida ayuda.
Silvia Ugarte