Comentario al evangelio del Viernes 25 de Noviembre del 2011
Queridos Amigos:
El evangelio de hoy nos presenta a Jesús que continúa enseñando mediante ejemplos concretos, que
son conocidos por las personas a las que se dirige. Añade algo nuevo pero en la misma línea que
hablaba ayer: la llegada del Reino de Dios estará anticipada por las señales oportunas, del mismo modo
que los frutos de los árboles anticipan el comienzo del verano. Esta conclusión empírica: relación entre
frutos y llegada de la época estival, requiere mucha capacidad de observación y quizá también, un poco
de curiosidad. Habrán sido –seguramente- muchos los años necesarios para llegar a ella.
Jesús empieza utilizando la palabra “fíjense”. Es curioso que la emplee, ya que podría haber hecho la
comparación sin ella. Podría entonces intuirse que “fíjense” es parte clave de lo que quiere decir. Es
una especie de invitación a que aprendamos a interpretar señales. El Reino ha llegado con Jesús, pero
en plenitud estará el día final. No sabemos cómo será, pero seguramente no como lo imaginan algunos:
con grandes catástrofes o la destrucción del mundo; Dios no eliminará la vida, sería como ir contra sí
mismo.
Mientras el Reino acontece, nos queda ir descubriéndolo y viviéndolo. En la vida del día a día debemos
descubrir su presencia, aprender a descifrarla (¡porque no es muy evidente! ¡Tantas veces
experimentamos la presencia del antirreino!). Esto nos exige permanecer atentos, abiertos a las
diferentes realidades, también a las que son nuevas. En fin, la relación con los demás, con el mundo y
con Dios, nos llevará a experimentar que se hacen realidad las palabras de Jesús.
Silvia Ugarte