Memoria Obligatoria. Presentación de la Santísima Virgen (21 de
noviembre)
"Ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir".
I. Contemplamos la Palabra
Comienzo de la profecía de Daniel 1, 1-6. 8-20
El año tercero del reinado de Joaquín, rey de Judá, llegó a Jerusalén
Nabucodonosor, rey de Babilonia, y la asedió.
El Señor entregó en su poder a Joaquín de Judá y todo el ajuar que quedaba en
el templo; se los llevó a Senaar, y el ajuar del templo lo metió en el tesoro del
templo de su dios.
El rey ordenó a Aspenaz, jefe de eunucos, seleccionar algunos israelitas de
sangre real y de la nobleza, jóvenes, perfectamente sanos, de buen tipo, bien
formados en la sabiduría, cultos e inteligentes y aptos para servir en palacio, y
ordenó que les enseñasen la lengua y literatura caldeas.
Cada día el rey les pasaría una ración de comida y de vino de la mesa real.
Su educación duraría tres años, al cabo de los cuales, pasarían a servir al rey.
Entre ellos, había unos judíos: Daniel, Anamas, Misael y Azarías.
Daniel hizo propósito de no contaminarse con los manjares y el vino de la mesa
real, y pidió al jefe de eunucos que lo dispensase de esa contaminación. El jefe
de eunucos, movido por Dios, se compadeció de Daniel y le dijo:
-«Tengo miedo al rey, mi señor, que os ha asignado la ración de comida y
bebida; si os ve más flacos que vuestros compañeros, me juego la cabeza. »
Daniel dijo al guardia que el jefe de eunucos había designado para cuidarlo a él,
a Ananías, a Misael y a Azarias:
-«Haz una prueba con nosotros durante diez días: que nos den legumbres para
comer y agua para beber. Compara después nuestro aspecto con el de los
jóvenes que comen de la mesa real y trátanos luego según el resultado.»
Aceptó la propuesta e hizo la prueba durante diez días. Al acabar, tenían mejor
aspecto y estaban más gordos que los jóvenes que comían de la mesa real. Así
que les retiró la ración de comida y de vino y les dio legumbres.
Dios les concedió a los cuatro un conocimiento profundo de todos los libros del
saber. Daniel sabía además interpretar visiones y sueños.
Al cumplirse el plazo señalado por el rey, el jefe de eunucos se los presentó a
Nabucodonosor. Después de conversar con ellos, el rey no encontró ninguno
como Daniel, Ananías, Misael y Azarías, y los tomó a su servicio.
Y en todas las cuestiones y problemas que el rey les proponía, lo hacían diez
veces mejor que todos los magos y adivinos de todo el reino.
Dn 3, 52. 53. 54. 55. 56 R. A ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
bendito tu nombre santo y glorioso. R.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R.
Bendito eres sobre el trono de tu reino. R.
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos. R.
Bendito eres en la bóveda del cielo. R.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 1-4
En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos
en el arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales,
y dijo: "Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los
demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado
todo lo que tenía para vivir."
II. Oramos con la Palabra
SEÑOR, aunque haya quien piense que vives en otra dimensión, veo que estás
en todos los detalles de nuestra vida, y te fijas en las pequeñas cosas ¡Qué
hermosa es tu alabanza a la viuda que dedica a Dios todo lo que tiene y se fía
plenamente de tu misericordia y tu providencia que jamás defraudan a quien
confía en ti. Desprendimiento y confianza plena en ti: para tenerte como mi
único Dios y tener puesta en ti mi esperanza.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de
EDIBESA.
III. Compartimos la Palabra
“La protección de Dios”
Una de las verdades que el amplio y minucioso relato de la primera lectura nos
quiere transmitir es la protección y el cuidado que Dios tiene de aquellos que le
permanecen fieles. Daniel, Ananías, Misael y Azarías, en medio de los avatares
que les toca vivir en la corte del rey de Babilonia, Nabucodonosor, no renuncian
a su fidelidad a Yahvé, expresada en la lectura en no ingerir alimentos para ellos
prohibidos, según la legislación judía. Sabemos que a estos cuatro jóvenes, en
esos primeros momentos y años, con la protección de Dios les fue bien. Yendo
más allá de este episodio de Daniel y compañeros, la protección de Dios a
aquellos que le aman, no siempre lleva a un bienestar en la tierra. El ejemplo
más claro es el de Jesús, el Hijo de Dios. Padre e Hijo se aman. “Como el Padre
me am… Yo amo al Padre” Y sin embargo, a pesar del infinito cario y
protección de su Padre Dios hacia él, acabó clavado injustamente en una cruz.
Sin embarbo, Dios Padre, dejando hacer a los hombres y su libertad, siguió con
su Hijo sosteniéndole en la cruz, y haciéndole vencedor del pecado y de la
muerte al resucitarle al tercer día. Nos debe quedar claro que Dios siempre nos
protege. Siempre está con nosotros, en todos los momentos, en los momentos
de bonanza y en los momentos de cruz… y al final nos resucitará a la plenitud de
la vida para toda una eternidad.
Las matemáticas de Jesús
Lo sabemos bien. Los caminos de Dios y de Jesús no son nuestros caminos, ni
sus criterios son los nuestros, ni sus matemáticas son las nuestras. Algo que
queda claro en el evangelio de hoy. Para Jesús los dos reales de la viuda son
mucho más que las fuertes sumas de dinero que los ricos pudieron echar en el
cepillo del templo. Éstos han echado de lo que les sobra, pero “ella que pasa
necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir”. Otro caso claro que expresa
la diferencia entre las matemáticas de Jesús y las nuestras: Para Jesús el que
gana pierde y el que pierde gana. El que gana y reserva su vida, la pierde. El
pierde y entrega su vida, la gana. Sólo tenemos aquello que entregamos. ¿Por
qué matemáticas nos decidimos?
La iglesia celebra hoy la presentación de María en el templo. Una fiesta más de
nuestra Madre para acercarnos a Ella y pedirle que siga cambiando nuestro
corazón para tener los mismos sentimientos que su Hijo, Cristo Jesús.
Fray Manuel Santos Sánchez
La Virgen del Camino
Con permiso de dominicos.org