Darlo todo para darse a uno mismo.
2011-11-21
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 1-4
En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en
las alcancías del templo. Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y
dijo: «Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios
de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir». Palabra
del Señor.
Oración introductoria
Señor, contemplando el ejemplo de la viuda pobre del Evangelio, quiero ofrecerte mi vida
entera, quiero entregártela sin reservas, como lo hizo la Virgen María. Concédeme tu gracia
en esta oración para que este ofrecimiento sea una realidad al darte todo mi amor y todo mi
ser, con alegría y generosidad.
Petición
Señor, enséñame a darlo todo por Ti y por los demás, con alegría, generosidad y caridad.
Meditación
Darlo todo para darse a uno mismo.
«También a nosotros Jesús nos dice, como en aquel día a los discípulos: ¡Prestad atención!
Mirad bien lo que hace esa viuda, pues su gesto contiene una gran enseñanza; expresa la
característica fundamental de quienes son las "piedras vivas" de este nuevo Templo, es
decir, la entrega completa de sí al Señor y al prójimo; la viuda del Evangelio, al igual que la
del Antiguo Testamento, lo da todo, se da a sí misma, y se pone en las manos de Dios, por
el bien de los demás. Este es el significado perenne de la oferta de la viuda pobre, que
Jesús exalta porque da más que los ricos, quienes ofrecen parte de lo que les sobra,
mientras que ella da todo lo que tenía para vivir, y así se da a sí misma. […] A Dios le bastó
el sacrificio de Jesús, ofrecido "una sola vez", para salvar al mundo entero, porque en esa
única oblación está condensado todo el amor del Hijo de Dios hecho hombre, como en el
gesto de la viuda se concentra todo el amor de aquella mujer a Dios y a los hermanos: no le
falta nada y no se le puede añadir nada. La Iglesia, que nace incesantemente de la
Eucaristía, de la entrega de Jesús, es la continuación de este don, de esta sobreabundancia
que se expresa en la pobreza, del todo que se ofrece en el fragmento» (Benedicto XVI, 8 de
noviembre de 2009).
Reflexión apostólica
«La pobreza cristiana comporta, además, una actitud habitual de generosidad y
desprendimiento personal para aliviar las miserias y privaciones de los demás,
ofreciéndoles, juntamente con la ayuda material, un sincero aprecio, respeto y
comprensión» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 199).
Propósito
Ser generoso para poner mi tiempo, bienes y talentos al servicio de los demás.
Diálogo con Cristo
Señor, no quiero darte sólo lo que me sobra o lo que calcule que puedo darte sin arriesgar
ni desprenderme de lo que realmente Tú me estás pidiendo. Tú me lo has dado todo y yo
confío en Ti, por eso te doy todo lo que tengo, mi vida entera, y te pido que me ayudes a
vivir desprendido de las cosas y a darme con generosidad y sencillez a los demás.
«Cristo respetará tu decisión y te seguirá amando siempre. Pero, ¡qué alegría, si con
generosidad, le dices que «sí», que estás dispuesto, que tu vida está más segura en sus
manos que en las tuyas, que apuestas por Él, que te entregas a Él, que lo amas tanto que lo
seguirás a donde quiera que te llame!»
( Cristo al centro, n. 2258).