Master·evangeli.net
Día litúrgico: Jueves XXXIV del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Lc 21,20-28): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su
desolacin. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes (). Jerusalén
será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles.
Habrá seales en el sol, en la luna y en las estrellas; () porque las fuerzas de los
cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con
gran poder y gloria ().
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
Profecía y apocalíptica en el "Discurso Escatológico"
Hoy analizamos este discurso entretejido con palabras del Antiguo Testamento (en
particular del "Libro de Daniel"). Jesús habla del futuro con antiguas palabras
proféticas, pero imprimiéndoles un sentido nuevo y más profundo. Lo nuevo es que
la figura del "Hijo del hombre" (profetizada por Daniel) está ahí hablándonos en
presente.
Las palabras apocalípticas de antaño adquieren un "carácter personalista": en su
centro entra la persona de Jesucristo. El verdadero "acontecimiento" es la Persona
que, a pesar del transcurso del tiempo, sigue estando realmente presente. Al
centrar las imágenes cósmicas en una Persona actualmente presente y conocida, el
contexto cósmico se convierte en algo secundario y la cuestión cronológica pierde
importancia: en el desarrollo de las cosas físicamente mensurables, la Persona "es"
("permanece"), y Su Palabra es más real y duradera que todo el universo material.
—Esta relativización de lo cósmico, o mejor, su concentración en lo personal, se
manifiesta en que "el cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán": los
elementos cósmicos pasan, mientras que la Palabra de Jesús es el verdadero
"firmamento" bajo el cual el hombre puede permanecer.
“servicio brindado por el http://evangeli.net/evangelio”. Con permiso a
homiletica.org