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XXVI Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Sábado
Lucas 10, 17-24
Estén alegres porque sus nombres están inscritos en el cielo . Dice el evangelio
que los setenta y dos volvieron contentos y dijeron: “Señor, hasta los demonios se
nos someten en tu nombre”. Sí. Más de una vez nos ha invadido este tipo de
alegría. Pero escuchemos nuevamente a Jesús: “No estén alegres porque se les
sometan los espíritus; estén alegres porque sus nombres están inscritos en el
cielo”.
No debemos olvidamos nunca de que somos “instrumento” en las manos de
Dios, Él es la causa eficaz y única de todo. Es Él, el que, a través de nosotros alegra
algunos caminos e irradia su luz. Es Él, siempre, “el que da el crecimiento”
Evangelizar no es la tarea exclusiva de los pastores del pueblo de Dios, ni
monopolio de los misioneros de vanguardia. Toda la comunidad eclesial es
misionera siempre y en todo lugar. Evangelizar es su misión y su dicha. Por eso,
toda la comunidad ha de estar en función de la evangelización de los que no
conocen a Dios o están alejados de Él. Todos los cristianos podemos y debemos ser
evangelizadores, pues por los sacramentos de la vida cristiana participamos de la
misión profética de Cristo.
Nuestra misión, hoy como ayer, es ser mensajeros de la paz y la alegría que
para el hombre y el mundo actuales supone la buena nueva de Cristo. Hoy, cada
uno en su corazón, digámosle al Señor que estamos dispuestos a asumir nuestra
misión de renovar el mundo y facilitar que su Reino se haga presente. A ser
propagadores de la paz del Señor.
Que María nuestra madre de la Soledad, nos ayude a entregarnos
generosamente a Cristo y unirnos a su misión.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)