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XXX Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Lunes
Lc 13, 10-17
¿No era bueno desatar a esta hija de Abraham de esa atadura, aún en día de
sábado? Jesús sana en sábado, día sagrado, consagrado al Señor, por eso se le
oponen líderes religiosos. Jesús defendió sus acciones preguntando si era lícito
hacer el bien en sábado, tiempo para honrar a Dios. Los líderes religiosos asumían
una actitud demasiado legalista acerca del sábado. Nosotros quizá no seamos
demasiado legalista el Día del Señor, el domingo, pero quizá, sí seamos demasiado
casuales acerca las maneras y el tiempo que pasamos honrando a Dios.
En vez de violar la ley del sábado, la liberación de esta mujer concuerda con
las intenciones del sábado de honrar y alabar a Dios y, en vez de disminuir la
observación del sábado, la embellece. “Ya que el Sábado es especial, santificado
por Dios mismo, porque el mal triunfa sobre el bien, y por ellos es triunfo de Dios,
es honra y alabanza a Dios hacer el bien a los hijos de Dios. Porque “Si es lícito
cumplir la voluntad de Dios los primeros seis días de la semana, cuánto más se ha
de cumplir la voluntad, el amor de Dios en el Sábado”, día consagrado a Dios,
liberando a los hijos de Dios.
En efecto, Cuando la mujer se enderezó, empezó a alabar a Dios, porque
liberada de su mal podía mirar hacia arriba. Dios, hizo al hombre recto, para que
mire siempre al Cielo, buscado ver al Padre, “Felices los de corazón limpio, porque
verán a Dios”. Aquella mujer había quedado liberada y limpia: Libre y exenta de
imperfecciones físicas y morales, el poder y la fuerza de la Palabra de Jesús la
dejaron con la capacidad de alabar a Dios en aquel día del sábado.
Por consiguiente, Jesús no nos quiere encorvados por enfermedades, heridas
del pasado, por nuestras propias malas decisiones, por pecados habituales y ocultos
sin confesar, por coquetear con lo oculto, porque tales encorvados no podemos
producir ni mostrar fruto porque lo encorvado nos lo imposibilita. Es necesario
enderezarnos si estamos como aquella mujer. Jesús hoy a todos nos dice: Mujer,
Hombre, enderézate. Es tiempo de andar erguido, levantemos la cabeza,
levantemos los ojos del piso: no nacimos para andar encorvados, nacimos para
andar derechos y glorificar el santo nombre de Dios, hoy en el tiempo y luego en la
eternidad.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)