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XXX Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Miércoles
Lc 13, 22-30
Vendrán del Oriente y del Poniente y participarán en el banquete del Reino de
Dios. Este texto evangélico que hemos escuchado apunta hacia el proyecto que
Dios tiene para con el hombre: “que todos los hombres se salven y lleguen al
conocimiento de la verdad” (1 Tm 2, 4), sean de Oriente y Poniente, del sur o del
Norte; en otras palabras, el Padre Dios llama a todos a vivir con Él, porque quiere
que cada hombre llegue a ser partícipe de su verdad, de su amor, de su misterio,
para que pueda participar de su misma vida divina.
En el mundo contemporáneo, sin embargo, muchos no reconocen aún al Dios
de Jesucristo como Creador y Padre. Algunos, a veces también por culpa de los
creyentes, han optado por la indiferencia y el ateísmo; otros, cultivando una vaga
religiosidad, se han construido un Dios a su propia imagen y semejanza; otros lo
consideran un ser totalmente inalcanzable.
Cometido de los creyentes es proclamar y testimoniar que, aunque “habita en
una luz inaccesible” (1 Tim 6,16), el Padre celeste en su Hijo, encarnado en el seno
de María Virgen, muerto y resucitado, se ha acercado a cada hombre y le hace
capaz “de responderle, de conocerlo y de amarlo” (cfr. CIC 52).
Pero, Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti. En efecto, El Señor Jesús ha
venido a nosotros y está con nosotros “por nosotros y por nuestra salvación”, esto
es, para librarnos del pecado, para darnos de nuevo su amistad, para iluminar con
su luz nuestra mente y calentar, con su amor nuestro corazón, pero exige la
respuesta para con nosotros mismos y nuestro quehacer misionero hacia nuestros
hermanos.
Para que esto se verifique, es necesaria una oración incesante que alimente
nuestro deseo de llevar a Cristo en nuestro corazón para llevarlo a los que están
cerca y a los que están alejados. Es necesario el ofrecimiento del propio
sufrimiento, en unión con el del Salvador, por el hermano, que está lejos, y por
nuestra salvación propia.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)