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Día litúrgico: Viernes XXXIV del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Lc 21,29-33): En aquel tiempo, Jesús puso a sus discípulos
esta comparación: «Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya echan brotes,
al verlos, sabéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis
que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca. Yo os aseguro que no
pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán,
pero mis palabras no pasarán».
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
La Iglesia naciente se desmarcó del Templo y sus sacrificios
Hoy admiramos a los primeros cristianos discerniendo los signos de su tiempo:
tenían que reunir y leer juntos los fragmentos —misteriosos— de las palabras de
Jesucristo. Tarea nada fácil, que fue afrontada a partir de Pentecostés y, antes del
fin material del Templo, todos los elementos esenciales de la nueva síntesis se
encontraban ya en la teología paulina.
Para la predicación y la oración, la Iglesia naciente se reunía en el Templo, pero el
"partir el pan" (el nuevo centro "cultual", ligado a la Última Cena, muerte y
resurrección del Señor) tenía lugar en sus casas. Ya se perfilaba, pues, una
distinción esencial: los sacrificios fueron reemplazados por el "partir el pan".
—En la nueva síntesis teológica destacan dos nombres. Para Esteban ha comenzado
algo nuevo que lleva a cumplimiento lo realmente originario: con Jesús ha pasado
el periodo del sacrificio en el Templo. Pero la vida y el mensaje del "Protomártir" —
declarando ante el Sanedrín— quedaron interrumpidos con su lapidación.
Correspondería a otro, Saulo —¡después san Pablo!— completar esta visión
teológica.
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