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Memoria. Santa María Magdalena. (22 de Julio)
Jn 20, 1-2.11-18
Mujer, ¿por qué estás llorando?, ¿a quién buscas? San Juan habla de “dos
ángeles vestidos de blanco”; es María Magdalena quien los ve mientras llora cerca
del sepulcro, y le dicen: "Mujer, ¿por qué lloras?" (Jn 20, 11-13).
Conviene recordar que el término „ángel‟, además de definir a los ángeles,
criaturas espirituales dotadas de inteligencia y voluntad, servidores y mensajeros
de Dios, es asimismo uno de los títulos más antiguos atribuidos a Jesús mismo. Por
ejemplo, en Tertuliano, en el siglo III, leemos: “Él, Cristo, también ha sido llamado
“ángel de consejo”, es decir, anunciador, término que denota un oficio, no la
naturaleza. En efecto, debía anunciar al mundo el gran designio del Padre para la
restauración del hombre” (De carne Christi, 14). Así escribe Tertuliano. Por
consiguiente, Jesucristo, el Hijo de Dios, también es llamado el ángel de Dios
Padre: él es el Mensajero por excelencia de su amor.
Así como Jesús fue el anunciador del amor de Dios Padre, también nosotros lo
debemos ser del amor de Cristo: somos mensajeros de su resurrección, de su
victoria sobre el mal y sobre la muerte, portadores de su amor divino. Ciertamente,
seguimos siendo por naturaleza hombres y mujeres, pero recibimos la misión de
„ángeles‟, mensajeros de Cristo: a todos se nos da en el Bautismo y en la
Confirmación. De modo especial la reciben los sacerdotes, ministros de Cristo, a
través del sacramento del Orden; pero también todos los fieles cristianos.
Que Nuestra Señora de la Soledad nos ayude a acoger plenamente la gracia
del misterio pascual y a ser mensajeros valientes y gozosos de la resurrección de
Cristo, como lo fue nuestra santa del día hoy: santa María Magdalena.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)