1
Fiesta. San Lorenzo, diácono y mártir (10 de Agosto)
Jn 12, 24-26
El que me sirve será honrado por mi Padre. Las palabras del Señor Jesús
dichas en esta ocasión, son extremadamente preciosas y alentadoras para que nos
decidamos a servirle y agradarle en el estado al que Él nos ha llamado. Servir al
Señor, seguirle, estar junto a Él y ser honrado por el Padre, es a lo que hemos de
aspirar.
El seguimiento de Jesús es ejercer la fraternidad con todos los hombres con la
gratuidad del amor auténtico de Jesús, fraternidad que deberá acompañar y servir
en la vida a todos los hombres que se encuentren en el camino del tiempo como lo
hizo Jesús.
Porque hemos sido creados, hemos sido llamados, hemos sido destinados,
ante todo y sobre todo, a servir a Dios, a imagen y semejanza de Cristo que, como
Señor de todo lo creado, centro del cosmos y de la historia, manifestó su realeza
mediante la obediencia hasta la muerte, habiendo sido glorificado en la
Resurrección (cf. LG 36). El reino de Dios se realiza a través del „servicio‟, que es
plenitud y medida de todo servicio humano. No actúa con el criterio de los hombres
mediante el poder, la fuerza y el dinero. Nos pide a cada uno de nosotros la total
disponibilidad de seguir a Cristo, el cual “no vino a ser servido sino a servir”.
El que quiera ser honrado por el Padre de Jesús, el que quiera llegar a ser
grande…, que sea servidor de todos (Cfr. Mt 20, 26): ser grandes quiere decir
„servir‟, en otras palabras, ser hambre para los demás a ejemplo de Cristo.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)