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Fiesta. San Lucas Evangelista (18 de octubre)
Lc 10, 1-9
La cosecha es mucha y los trabajadores pocos . Hoy, en la fiesta de san Lucas,
el Evangelio nos invita a pedirle al dueño de la mies que envíe operarios a sus
campos; nos invita a que le pidamos a Dios muchos y muy santos sacerdotes, y a
que nos demos un espacio para meditar sobre la vocación sacerdotal.
Jesús advierte la gran carencia espiritual de la gente y la urgencia de un
pastor que los guiara. Continuaba predicando el Reino de los Cielos y realizando
milagros, provocando la admiración y el convencimiento de muchos, pero también
se enfrentaba a la dureza de corazón y a la obcecación de los fariseos.
Han pasado dos mil años y la mies sigue siendo mucha y los obreros pocos. El
hombre de hoy necesita, con urgencia, pastores que le convenzan del sentido
auténtico de esta vida, que lo lleve a ganar la salvación eterna, así como el camino
a seguir para lograrla. Tú quieres, Señor, que cada uno de nosotros ayudemos en la
búsqueda de vocaciones. Nos pides orar y no podemos dejar pasar tu
requerimiento. Podemos ir abriendo caminos, sentir la necesidad de apoyar la labor
de los sacerdotes, llevar la alegría del cristiano, y hablar de nuestra Madre del cielo
a tantas personas que están necesitadas de su amor maternal. Es decir, nos
debemos “involucrar en la mies”.
El llamado a orar por los sacerdotes es un llamado a todos, al sacerdote y a
los laicos, a vivir nuestro cristianismo con mayor conciencia, conocimiento y
voluntad. No está nuestra esperanza sólo en que existan más pastores; más bien,
esperamos más hombres y mujeres comprometidos con su fe que se acerquen a
conocerla, amarla, vivirla y compartirla. Todos somos la tierra fecunda donde la
semilla se ha de sembrar para que crezca nuestra esperanza.
Por consiguiente, además de orar por las vocaciones y esforzarnos por una
vida más cristiana, para suscitar vocaciones, necesitamos vivir lo que creemos,
decir lo que sabemos, y estimular a los adormilados a ponerse en camino. La mies
es abundante. Hay trabajo para todos. Y entre todos haremos posible el milagro de
la vuelta de los que se marcharon o nunca estuvieron en este redil. La mies es
mucha, pero los obreros pocos.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)