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HOMILÍA
1° DOMINGO ADVIENTO CICLO B
Lecturas Bíblicas:
Isaías 63, 16b-17. 19b; 64, 2-7
1ª Carta de san Pablo a los cristianos de de Corinto 1, 3-9
Evangelio según san Marcos 13, 33-37
LA CASA DE DIOS DESIERTA
El texto de Mateo 23, 37-38 “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas
y apedreas a los enviados! ¡Cuántas veces intenté reunir a tus hijos como la
gallina reúne a los pollitos bajo sus alas, y tú te negaste! Por eso, la casa de
ustedes quedará desierta”, introduce en ese evangelio el anuncio de Jesús
sobre la destrucción del templo de Jerusalén.
Comenta el Papa Benedicto XVI 1 : Dios se marcha. El templo de Jerusalén
quedará vacío. Pero más que al hecho histórico del asedio romano y el
incendio del templo en el año 70, la profecía ha ce referencia al término
intrínseco y el final del significado del templo de Jerusalén como lugar de
encuentro entre Dios y los hombres. Los antiguos sacrificios cultuales
estaban ordenados a la expiación que llevaría a cabo el Mesías, cumplirán
plenamente su objetivo con la Muerte y Resurrección de Jesús, que realiza
eficaz y plenamente lo que aquellos intentaban. Jesús es el verdadero y nuevo
Templo, donde se encuentran Dios y la humanidad.
La ruina del templo, es anunciada por el Señor como un lamento, con dolor y
pena, porque Él lo amaba. Su destrucción es un símbolo de que la antigua
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Cf. Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, JESÚS DE NAZARET, 2ª parte, desde la entrada en Jerusalén hasta la
Resurrección, Madrid-Buenos Aires, Encuentro, Planeta, 2011, cap. 2: Discurso escatológico de Jesús, pp. 37-
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alianza había sido rota, y de que sus discípulos no deben poner su confianza
en ninguna institución temporal sino sólo en Cristo . Sólo en Dios está la
salvación. 2
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán ” (Mc 13, 31) Por
ello, dice el Papa, describe Jesús, en el discurso escatológico, el fin del mundo
con Palabras ya existentes en el Antiguo Testamento (Profeta Daniel y
otros). 3
Porque la Palabra de Dio s no pasa. Pasa, tiene una duración, fecha de
vencimiento, todo lo que es temporal.
Lo esencial del discurso escatológico es vigilar para el encuentro con Jesús, la
Palabra de Dios viviente, la Palabra que no pasará 4
A poner la confianza en Dios exhorta el profeta Isaías en la primera lectura
del día (Isaías 63, 16b-17. 19b; 64, 2-7). A pesar de que, por nuestros
pecados, “nuestra justicia era como un trapo sucio” y “nos ocultabas tu
rostro”, eres “nuestro Redentor”, y confiamos ser perdonados “Jamás oído
oyó ni ojo vio un Dios fuera de Ti que hiciera tanto por el que espera en Él”
Tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obra
de tus manos”.
Aquí el templo vacío es el de nuestras existencias y la lectura cristiana de
Isaías nos conduce a poner la confianza en Jesús, el Redentor, capaz de
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Cf. Luis Heriberto Rivas, JESÚS HABLA A SU PUEBLO, Ciclo B, Adviento-Navidad-Cuaresma-Pascua, Buenos
Aires, Conferencia Episcopal Argentina, pp. 15-24.
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Cf. Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, JESÚS DE NAZARET, 2ª parte, desde la entrada en Jerusalén hasta la
Resurrección, Madrid-Buenos Aires, Encuentro, Planeta, 2011, cap. 2: Discurso escatológico de Jesús, pp. 37-
68.
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Cf. Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, JESÚS DE NAZARET, 2ª parte, desde la entrada en Jerusalén hasta la
Resurrección, Madrid-Buenos Aires, Encuentro, Planeta, 2011, cap. 2: Discurso escatológico de Jesús, pp. 37 -
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perdonar nuestras faltas, Templo del encuentro y la reconciliación entre Dios
y la humanidad.
El primer domingo de Adviento nos pone frente al texto del anuncio de Jesús
sobre el fin de los tiempos. En el contexto del templo de Jerusalén, que los
discípulos contemplan y admiran mientras escuchan, sorprendidos, la
profecía de Jesús sobre su desaparición. Ellos preguntan ¿cuándo sucederá
esto? Y ¿qué señales lo precederán? Jesús no les dice cuándo ocurrirá,
porque éste es un secreto del Padre. Precisamente, no se sabe ni el día ni la
hora de ese final.
Con categorías proféticas, el Señor revela conjuntamente dos
acontecimientos futuros, uno más próximo, la destrucción material del
templo (que ocurrió en el año 70), y otro más lejano, la llegada del Hijo del
Hombre, con gran poder y gloria (Mc. 13, 26). Por ello, muchos pensaron que
el fin de los tiempos era inminente. La última venida de Cristo será la
plenitud del final, pero en realidad su segunda venida ya ha comenzado con
la Resurrección. 5
Pero lo más importante del mensaje de Jesús es la exhortación a la vigilancia ,
realizada mediante la breve parábola de los servidores diligentes y fieles.
Ellos deben vigilar, “porque no saben cuándo va a llegar el dueño de casa, si
al anochecer o a medianoche o al canto del gallo o de mañana”
Vigilancia significa estar despiertos, no dormidos, ni distraídos, ni relajados,
ebrios, sedados o dopados; prevenidos, alertas, ocupados en su trabajo, con
dedicación y responsabilidad, que implica renuncia y esfuerzo, y no
instalados, estancados, ni inmovilizados por la pereza.
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Cf. Luis Heriberto Rivas, JESÚS HABLA A SU PUEBLO, Ciclo B, Adviento-Navidad-Cuaresma-Pascua, Buenos
Aires, Conferencia Episcopal Argentina, pp. 15-24.
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Dice el Papa que la vigilancia bien entendida no es un evadir el presente y
nuestros deberes sino, por el contrario, hacer aquí y ahora lo que es justo, las
obras justas, saberse ante la mirada de Dios y obrar como ante sus ojos. 6
Entre la primera y la última venida de Cristo se intercala el tiempo de la
Iglesia Este tiempo de la Iglesia es también llamado por el Papa “la hora de
los paganos” (o los gentiles) Cita a Lc 21, 24, Mt. 24, 14 y Mc. 13, 10 para
afirmar que Jesús aseguró que no llegará el fin antes de que la Buena Noticia
del reino sea proclamada a todas las naciones . El fin del mundo vendrá
después que el Evangelio haya sido llevado a todos los pueblos. Ésta es la
tarea de sus discípulos, llevar el Evangelio a todas las gentes, y no sólo por la
necesidad de salvación de la humanidad, sino para la historia alcance su
meta y plenitud con la venida en gloria del Hijo del Hombre . El anuncio
evangélico del “tiempo de los paganos”, donde trigo y cizaña están
mezclados en el campo y peces buenos y malos en la red (Mt. 13, 24-30.47-
50) forma parte del núcleo del mensaje escatológico de Jesús. 7
Por ello, el tiempo de la Iglesia, y la Iglesia misma, mientras esperamos el
advenimiento de Cristo glorioso, se define por la evangelización y la misión , y
no puede comprenderse de otra manera. Está, la evangelización y la misión
de todos los pueblos, es la tarea en la debemos estar ocupados los discípulos
de Jesús para permanecer vigilantes .
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Cf. Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, JESÚS DE NAZARET, 2ª parte, desde la entrada en Jerusalén hasta la
Resurrección, Madrid-Buenos Aires, Encuentro, Planeta, 2011, cap. 2: Discurso escatológico de Jesús, pp. 37-
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Cf. Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, JESÚS DE NAZARET, 2ª parte, desde la entrada en Jerusalén hasta la
Resurrección, Madrid-Buenos Aires, Encuentro, Planeta, 2011, cap. 2: Discurso escatológico de Jesús, pp. 37 -
68.
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Y muy especialmente en este siglo XXI, la evangelización debe volver a las
raíces de la fe en Dios, para convencer a todos los hombres de estos tiempos
definidos por la transitoriedad, de que sólo la Palabra de Dios no pasa ,
permanece, y puede salvar .
Pbro. Hernán Quijano Guesalaga,
Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús,
Capilla Policial San Sebastián,
Paraná, Argentina
Domingo 26 de noviembre de 2011