MIRANDO AL HIJO DIOS HECHO HOMBRE
(DOMINGO II ADVIENTO B)
4 diciembre 2005
"Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
Está escrito en el Profeta Isaías:
Yo envío mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino. Una voz grita
en el desierto: Preparadle el camino al Señor, allanad sus senderos..." (Mc 1,1-8)
Para Marcos, el evangelio, la Buena Noticia es la Persona misma de Jesús. Por eso,
inicia así su escrito: "Comienzo del Evangelio de Jesucristo". Pero Marcos o se limita
a presentar a Jesús. Nos muestra que Jesús de Nazaret es el Hijo de Dios, el
Mesías, en el que se ha manifestado la salvación definitiva de Dios. "Comienzo del
Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios". Marcos presenta al Hijo de Dios... no
revestido de gloria y poder, sino pobre y siervo sufriente. La tesis central de su
evangelio es: Jesús, Hijo de Dios y Mesías, se ha manifestado al mundo en
solidaridad con los pobres, sobre todo por su pasión y muerte en cruz, por las que
nos alcanza la salvación y liberación. Y, por eso, el Evangelio es buena y alegre
Noticia, esperanza definitiva para el hombre. La verdad de nuestro Dios es, pues,
omnipotencia, pero escondida en el Cristo Jesús anonadado; creador de cielos y
tierra, pero derrotado en la cruz.
Si Dios se hubiera revelado tan sólo a través de epifanías grandiosas, difícilmente
hubiera sido para los pobres noticia alegre y salvadora. La Buena Noticia ha llegado
porque los pobres, los pecadores, los despojados de la tierra han experimentado en
Jesús la solidaridad de Dios con ellos, una vida entregada hasta la muerte en cruz
por la que nos ha logrado la plena liberación. La época moderna, con la
supervaloración del yo, el hombre como centro y norma absoluta de su vida
personal y de la vida social, el afán de poseer y de bienestar constituidos en la
aspiración dominante de la sociedad, han eclipsado la imagen del Dios delos
cristianos.
En esta coyuntura cultural, ¿cuál debe ser el camino para evangelizar? Cristo.
Yendo a donde Cristo preferentemente iría hoy: los grandes sectores marginados
del mundo y de la sociedad, los países del tercer mundo, los de la deuda externa
impagable, los países donde la inmensa mayoría del pueblo es víctima del caos
político, económico y social... los ancianos, los deficientes psíquicos o físicos, los
pobres de mi barrio... Este es el camino, y también el modo: entre dificultades,
tensiones, pequeños pasos, pero participando de lleno en la común esperanza.
Esta es la gran verdad del evangelio, y, así, y nada más que así, se hace creíble la
llegada o adviento del Señor, de su Reino.
Es el mensaje que Marcos nos dirige a través de la figura impresionante de Juan
Bautista, el que nos señala a Jesús como Mesías, y nos pide la conversión, la
orientación de nuestra vida a Él. Un mensaje que puede concretarse en muchas
preguntas: ¿Cuál es la imagen real de Jesús que influye, de hecho, en nosotros?
¿Qué idea tenemos de la conversión? ¿Solemos ir al "desierto" para profundizar en
esa actitud de cambio? ¿Estamos los cristianos presentes en los movimientos
renovadores?
Miguel Esparza Fernández