Simplemente un Niño
¡Navidad! Palabra mágica, acontecimiento indescriptible, música, ritmo,
pasión, encanto. Muchas palabras más. Me quedaría con una: Novedad.
Como un todo irrepetible, fuera de toda rutina, costumbre o ritual. Más
parecida a asombro, sorpresa, admiración, éxtasis.
Shakespeare, en su personaje Prspero, dice: “Nosotros somos hechos de la
misma materia que los sueos”. La Navidad es la concrecin de los sueos
de Dios y los sueños de toda la humanidad. Eternidad y tiempo que se
encuentran. Divinidad y humanidad que se identifican. Juan dobla sus
rodillas y dice: “El Verbo se hizo carne”.
Pablo, en uno de sus elevaciones exclama: “Apareci la bondad de Dios”. Es
la síntesis perfecta de toda la ternura, la sonrisa, el gozo infinito del Niño en
la cuna. Es su legado, su presente. ¡Simplemente un Niño! Dejo que sus
lágrimas rueden por sus mejillas. Pero sólo quiero verlo, contemplarlo,
dejar que su bondad me cure, me sane, me eleve, me dignifique…
Jesús en el evangelio que me pide hacerme niño, se hace Él mismo Niño
para que yo aprenda la lección. Que sepa sintonizar con el coro de los
Ángeles. Que corra con los pastores y aprenda a ver y sentir como Ellos.
Que escrute los signos de los tiempos como los Orientales y siga su estrella.
Que aprenda a guardar en el corazón la lección como María. Y, algo nuevo,
que aprenda el anonimato de José para que brille sólo la Luz del Pesebre
que atraiga y contagie el amor infinito de Dios. ¡Navidad!
Cochabamba 25.12.11
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com