Solemnidad. La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María (8 de
Diciembre)
"Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas"
Pautas para la homilias
Mujer excepcional y a la vez modelo
Ya en el inicio de su ser se manifestó lo que ella misma proclamó en el Magnificat,
“el Seor ha hecho obras grandes en mí”.
Sin embargo podemos quedarnos deslumbrados por esa plenitud de gracia de
María, como quien queda absorto sin saber cómo reaccionar ante algo impensado
que le supera totalmente. Pero no podemos quedarnos en el estupor: María es,
como dice el Vaticano II, tipo de la Iglesia, modelo también de cada uno de
nosotros. La excepcionalidad de María, limpia de pecado desde su concepción, no
ha de deslumbrarnos, sino iluminarnos.
Es la plenitud de gracia de María lo que, en sentido pleno, celebramos hoy. Ahora
bien María nos muestra cuál era el plan previo de Dios sobre la humanidad. Plan
que los primeros representantes de ésta lo hicieron fracasar. La redención de Cristo
que libró a María de contraer pecado vuelve a indicarnos cuál es el destino, la
utopía a la que estamos llamados: superar todo lo que degrada la dignidad que
Dios nos concedió como seres humanos.
María es modelo porque su plenitud de gracia, las maravillas que el Señor hizo en
ella, no quieren decir que María lo encontrara todo hecho; y que su actitud en la
gran empresa de ser madre de Jesús fuera una actitud pasiva. María, como hemos
escuchado en el texto evangélico, pidió explicaciones ante lo inconcebible. Y el
ángel se las dio. Y ella las comprobó en la inmediata visita que hizo a Isabel. María
luchó para entender el plan de Dios sobre ella, guardó los acontecimientos
meditándolos en su corazón, como dice Lucas, porque no los entendía de
inmediato; hizo una dura peregrinación en su fe, como recuerda el Vaticano II.
María fue dilatando su capacidad de gracia
Diríamos que la plenitud de gracia que tiene cuando el ángel la saluda es menor
que cuando, tras la dura experiencia de la muerte de su hijo, y de la cobarde
actitud de los apóstoles, en el último episodio en el que aparece María, el relato de
Lucas en el libro de los Hachos de los Apóstoles, ella los reúne en oración y
reflexión para preparar la venida del Espíritu Santo. Su alma se había dilatado a
través de la fidelidad al plan de Dios y de la entrega a la misión de su hijo, era por
ello mayor la plenitud de su gracia.
Elogio que desemboca en imitación
Hemos de superar una espiritualidad mariana del puro elogio. Incluso ir más allá de
la espiritualidad de la mediadora de todas las gracias. Es necesario mantener una
espiritualidad que vea en María modelo que hemos de imitar: alguien que “se
entregó totalmente a sí misma, como esclava del Señor, a la persona y obra de su
Hijo”, porque “María no fue instrumento puramente pasivo, sino que ella colabor
por su fe y obediencia libre a la salvacin de todos los hombres”. LG 56.
No olvidemos al celebrar está fiesta de María lo que el Vaticano II recuerda que
ense san Ambrosio, “María es figura de la Iglesia en el orden de la fe, del amor y
de la unin perfecta con Cristo” LG 63. La distancia entre la plenitud de gracia de
María y nuestro pecado no impide que ella sea nuestro modelo. Entenderla así es la
manera auténtica de celebrar su plenitud de gracia y su presencia en nuestra
espiritualidad.
Fray Juan José de León Lastra
Licenciado en Teología
Con permiso de dominicos.org