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Día litúrgico: Domingo III (B) de Adviento
Texto del Evangelio ( Jn 1,6-8.19-28): Hubo un hombre, enviado por Dios: se
llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que
todos creyeran por Él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. Y
éste fue el testimonio de Juan (): Yo bautizo con agua, pero en medio de
vosotros está uno a quien no conocéis, que viene detrás de mí, a quien yo no soy
digno de desatarle la correa de su sandalia ().
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
La triple venida de Cristo
Hoy el Bautista testifica que "Dios-Luz" está en medio de nosotros. La "venida" de
Dios —continua y "connatural" con su ser— se concentra en las dos principales
venidas de Cristo: la de su Encarnación y la de su vuelta gloriosa al fin de la
historia. El tiempo de Adviento se desarrolla entre estos dos polos.
En los primeros días se subraya la espera de la última venida del Señor. En cambio,
al acercarse la Navidad, prevalece la memoria del acontecimiento de Belén,
reconociendo en él la "plenitud del tiempo". Entre estas dos venidas, "manifiestas",
hay una tercera, "intermedia" y "oculta": se realiza en el alma de los creyentes y es
una especie de "puente" entre la primera y la última. En la primera Cristo fue
nuestra redención; en la última se manifestará como nuestra vida; en ésta es
nuestro descanso y consuelo.
—Para la venida de Jesús que podríamos llamar "encarnación espiritual", el
arquetipo siempre es María: Ella nos enseña a esperar a Cristo que viene.
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