Miércoles 14 de Diciembre de 2011
Miércoles 3ª semana de Adviento 2011
Isaías 45,6-25
"Yo soy el Señor y no hay otro: artífice de la luz, creador de las tinieblas,
autor de la paz, creador de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Cielos,
destilad el rocío; nubes, derramad la victoria; ábrase la tierra y brote la salvación, y
con ella germine la justicia; yo, el Señor, lo he creado."
Así dice el Señor, creador del cielo _él es Dios_, él modeló la tierra, la fabricó
y la afianzó; no la creó vacía, sino que la formó habitable: "Yo soy el Señor, y no
hay otro. No hay otro Dios fuera de mí. Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay
ninguno más. Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra, pues yo soy
Dios, y no hay otro. Yo juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia, una
palabra irrevocable: "Ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua";
dirán: "Sólo el Señor tiene la justicia y el poder". A él vendrán avergonzados los
que se enardecían contra él; con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de
Israel."
Salmo responsorial: 84
R/Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo.
Voy a escuchar lo que dice el Señor: / "Dios anuncia la paz / a su pueblo y a
sus amigos." / La salvación está ya cerca de sus fieles, / y la gloria habitará en
nuestra tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran, / la justicia y la paz se besan; /
la fidelidad brota de la tierra, / y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos dará la lluvia, / y nuestra tierra dará su fruto. / La justicia
marchará ante él, / la salvación seguirá sus pasos. R.
Lucas 7,19-23
En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor:
"¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?" Los hombres se
presentaron a Jesús y le dijeron: "Juan, el Bautista nos ha mandado a preguntarte:
"¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?""
Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y
malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Después contestó a los
enviados: "Id a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los
inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos
resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se
escandalice de mí."
COMENTARIOS
Unos discípulos de Juan visitan a Jesús y le preguntan si él es quien tenía que
venir o deben esperar a otro. Ante esta pregunta, Jesús no hace ningún discurso;
sencillamente involucra a los enviados, los hace testigos, los invita a escuchar y a
ver cómo los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y a los
pobres se les anuncian buenas noticias. Esa es la respuesta más contundente.
El centro del relato está en las acciones de Jesús como liberador de toda
opresión y exclusión; sin embargo, el papel de Juan es muy importante. Él es el
precursor de Jesús, pero no está seguro de que así lo sea; por eso manda a
preguntar; lo que permite pensar que los proyectos proféticos se mantenían firmes
frente a la permanente amenaza de los poderosos, aunque en cualquier momento
podían hacerlos desparecer, como lo hicieron con Juan y lo estaban planeando con
Jesús. Una vez más Jesús demuestra la naturaleza del proyecto de Dios, que es
vida digna y abundante para quienes se les ha arrebatado toda posibilidad de vivir.
No se trata aquí de un gran movimiento político, sino de una nueva forma de ser
fundada en la fe y en la solidaridad con quienes más lo necesitan.
Hoy como ayer la vida es amenazada, la dignidad es arrebatada y se necesita
demostrar con acciones de amor que otro mundo es posible.
Juan Alarcón, s.j..
(Extracto de servicios KOINONÍA)