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III Semana del Adviento
Sábado
Mt 1, 1-17
Genealogía de Jesucristo, hijo de David . El pasaje del evangelio de san Mateo
nos presenta la “genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham” (Mt 1,
1), subrayando y explicitando todavía más la fidelidad de Dios a la promesa. El
Mesías esperado, objeto de la promesa, es verdadero Dios, pero también verdadero
hombre; Hijo de Dios, pero también Hijo dado a luz por la Virgen, María de Nazaret,
carne santa de Abraham, en cuya descendencia serán bendecidas todas las
naciones de la tierra (cf. Gn 22, 18).
A san Mateo le interesa poner de relieve, mediante la paternidad legal de José,
la descendencia de Jesús de Abraham y David y, por consiguiente, la legitimidad de
su calificación de Mesías. Sin embargo, al final de la serie de los ascendientes
leemos: “Y Jacob engendró a José esposo de María , de la cual nació Jesús llamado
Cristo ” ( Mt 1, 16). Poniendo el acento en la maternidad de María, el Evangelista
implícitamente subraya la verdad del nacimiento virginal: Jesús, como hombre, no
tiene padre terreno.
El Evangelista ha querido mostrar la vinculación de Jesús con todo el género
humano. María, como colaboradora de Dios en dar a su Eterno Hijo la naturaleza
humana, ha sido el instrumento de la unión de Jesús con toda la humanidad.
Esta relación genealógica subraya, pues, el carácter concreto de la encarnación:
el Verbo eterno de Dios, al hacerse hombre, entró con pleno título en la familia
humana, insertándose en una tradición familiar particular. Por esto, la Iglesia
profesa y proclama que Jesucristo fue concebido y nació de una hija de Adán,
descendiente de Abraham y de David, la Virgen María.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)