Miércoles 07 de Diciembre de 2011
Miércoles 2ª semana de Adviento 2011
Isaías 40,25-31
"¿A quién podéis compararme, que me asemeje?", dice el Santo. Alzad los
ojos a lo alto y mirad: ¿Quién creó aquello? El que cuenta y despliega su ejército y
a cada uno lo llama por su nombre; tan grande es su poder, tan robusta su fuerza,
que no falta ninguno.
¿Por qué andas hablando, Jacob, y diciendo, Israel: "Mi suerte está oculta al
Señor, mi Dios ignora mi causa"? ¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído? El
Señor es un Dios eterno y creó los confines del orbe. No se cansa, no se fatiga, es
insondable su inteligencia. Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido;
se cansan los muchachos, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que
esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin
cansarse, marchan sin fatigarse.
Salmo responsorial: 102
R/Bendice, alma mía, al Señor.
Bendice, alma mía, al Señor, / y todo mi ser a su santo nombre. / Bendice,
alma mía, al Señor, / y no olvides sus beneficios. R.
Él perdona todas tus culpas / y cura todas tus enfermedades; / él rescata tu
vida de la fosa / y te colma de gracia y de ternura. R.
El Señor es compasivo y misericordioso, / lento a la ira y rico en clemencia; /
no nos trata como merecen nuestro pecados / ni nos paga según nuestras culpas.
R.
Mateo 11,28-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Venid a mi todos los que estáis cansados y
agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso
y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es
llevadero y mi carga ligera."
COMENTARIOS
Jesús invita a aceptar su yugo, imagen de las exigencias que se derivan de
su mensaje; su yugo es llevadero, no como el de la Ley propuesta por los letrados,
y su carga es ligera (cf. 23,4). Estudiar la Ley debía servir para acercarse a Dios;
Jesús invita a acercarse a Él directamente; su persona es el medio (la Ley) y el
término (Dios). Invita a romper con otros maestros y a aceptar su enseñanza. El
legalismo judío era abrumador, una moral sin alegría. Jesús propone, en cambio, el
servicio en la alegría de la amistad (9,15). Propone sus exigencias prometiendo la
felicidad (bienaventuranzas).
Juan Alarcón, s.j..
(Extracto de Fundación ÉPSILON)