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SAN JUAN DE LA CRUZ, PRESBITERO Y DOCTOR DE LA IGLESIA, PADRE
NUESTRO.
Solemnidad
Nació en Fontiveros (Avila) en 1542. Instrumento providencial en manos de
Teresa de Jesús, le ayudo en su renovación de la Orden desde la primera
fundación de frailes contemplativos en Duruelo el 28 de noviembre de 1568.
Enfermo en Ubeda, se fue a cantar maitines al cielo la noche del 13 de
diciembre de 1591. Es guía indiscutible de los caminos del espíritu. Celebres
son sus tratados: Subida del Monte Carmelo, Noche Oscura, Cántico
espiritual, y Llama de amor viva. Pio XI le confirió el titulo de doctor de la
Iglesia universal el 24 de agosto de 1926.
San Juan de la Cruz es el padre y maestro espiritual del Carmelo Teresiano,
doctor de la vida cristiana en su dinamismo teologal, cantor de la
hermosura de Dios y de la belleza de la creación. Su recuerdo se transforma
hoy en liturgia viva. A través de la alabanza divina, su oración y su poesía,
su canto eterno de gloria, se hace viático y plegaria del Carmelo peregrino
aquí en la tierra. Su doctrina fue una exégesis viva del Evangelio; por eso la
palabra de Dios ilumina su experiencia, y sus enseñanzas tienen alcances
insospechados en la meditación de esa palabra. La liturgia de esta
solemnidad es palabra de Dios y palabra de Juan de la Cruz en una síntesis
de meditación y alabanza.
I Vísperas
HIMNO
Un pastorcico solo está penado
ageno de plazer y de contento
y en su pastora puesto el pensamiento
y el pecho del amor muy lastimado.
No llora por averle amor llagado
que no le pena verse así affligido
aunque en el coraçón está herido
mas llora por pensar que está olbidado.
Que sólo de pensar que está olbidado
de su vella pastora con gran pena
se dexa maltratar en tierra agena
el pecho del amor mui lastimado!
O bien :
Maestro iluminado, padre nuestro,
Juan de la Cruz, inagotable ansia,
que, entre las azucenas olvidado,
fuiste lección suprema de las almas.
Tu, que, junto a Teresa, recorriste
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los caminos del mundo y sus moradas,
en esta noche oscura de la vida,
Con ansias en amores inflamadas.
Tu, que supiste ser ejemplo y norma,
ardiente caridad, fe y esperanza,
y que pusiste en nuestra lengua toda
la deliciosa miel de tu palabra.
¡Oh toque delicado de tu mano,
Oh busqueda sutil de tu pisada,
Oh ciencia transcendida de tu verbo,
Oh cauterio suave de tu llaga!
Desde la noche oscura de este mundo
a ti volvemos, padre, la mirada.
pídele a Dios que no se apague nunca
la antorcha viva de nuestra esperanza. Amén.
Salmodia
Ant. 1. Abrió su boca en la oración, y el Señor lo lleno de espíritu de
inteligencia.
Salmo 112
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Ant. 1. Abrió su boca en la oración, y el Señor lo lleno de espíritu de
inteligencia.
Ant. 2 Le dio el Señor a conocer sus tesoros ocultos y sus riquezas
escondidas.
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Salmo 145
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos,
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad
Ant. 2 Le dio el Señor a conocer sus tesoros ocultos y sus riquezas
escondidas.
Ant. 3 Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha
preparado para los que le aman.
Cántico Ap 4, 11;5.9.10.12
Eres digno, Señor Dios nuestro, se recibir la gloria,
el honor y el poder, porque tu has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para
Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has
hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza,
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la sabiduría, La fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.
Ant. 3 Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha
preparado para los que le aman.
Lectura Breve Ef. 3, 14-19
Por eso doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia
en el cielo y en la tierra, para que os conceda, según la riqueza de su gloria,
que seáis fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior, que
Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y
cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la
anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de
Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta
la total Plenitud de Dios.
Responsorio Breve
R. El Dios que dijo: “Brille la luz del seno de la tiniebla”, * Ha brillado en
nuestros corazones, El Dios que dijo.
V. Para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios,
reflejada en Cristo. * Ha brillado. Gloria al Padre. El Dios que dijo.
Ant. Magnif. Busque la sabiduría en la oración; la encontré dentro de mi
colmadamente; ahora me veo muy aventajado en ella.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos.
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Amén.
Preces
Aclamemos a Cristo, nuestro Redentor, que llamo a San Juan de la Cruz a
su seguimiento y lo encumbro a la más sublime contemplación, Y
digámosle:
A ti la gloria y el poder por los siglos.
Cristo Jesús, que diste a conocer a tu siervo Juan la sabiduría de la cruz,
-enciende la llama viva de tu amor en todos los que han recibido en la
Iglesia el ministerio de la enseñanza, del gobierno y de la santificación.
Cristo Jesús, luz sin ocaso, que te manifiestas, a los pobres de espíritu en la
oscuridad de la fe,
-revela tu rostro a todos los pobres que en medio de las tinieblas te buscan
con sincero corazón.
Cristo Jesús, maestro único y verdadero, que descubres las riquezas de tu
sabiduría a quienes te buscan y te aman,
-otorga el conocimiento experimental de tu amor a cuantos has llamado a la
familia del Carmelo.
Cristo Jesús, que vives triunfante en el cielo, rodeado de todos los santos,
-concede a nuestros hermanos el descanso eterno y el goce de la paz en tu
reino.
Padre nuestro...........
Oración
Señor Dios nuestro, que hiciste de san Juan de la Cruz, nuestro padre, un
modelo de abnegación evangélica y un perfecto amador de Cristo
crucificado; concédenos que, siguiendo su ejemplo y doctrina, lleguemos
hasta la contemplación eterna de tu gloria. Por nuestro Señor.