"Soy manso y humilde de corazón"
San Mateo 11, 28-30:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. VENGAN A MÍ TODOS LOS QUE ESTÁN AFLIGIDOS Y AGOBIADOS
Con estas palabras, que resuenan de un modo dulce y tierno en nosotros, Jesús hace una
invitación a todos los que trabajan con cansancio y están con una carga que los agobia,
pero no se esta refiriendo a la labor física, sino que a esa presiones a las que estamos
sometidos por alguna condición especial de la vida cotidiana, aunque tomar el yugo, es una
expresión conocida y que aparece en el Antiguo Testamento, y significa que el hombre está
sometido a ellos como el esclavo a su trabajo (cf. Jer c.28; Is 58:6; etc.).
Los fariseos de aquellos tiempos, con sus prácticas doctrinarias llenas de preceptos
asfixiantes, hacían una vida insoportable. Esta forma de ser era una intolerable
servidumbre, con tratados y prescripciones minuciosas. Así era como, se encontraban
imposibilitados de dejar su casa, tomar alimento, hacer una labor cualquiera sin exponerse
a un sinnúmero de contravenciones. Vivian llenos de temor de caer en infracciones, que se
les paralizaba el espíritu. Entonces su religión degeneraba en un formalismo miserable. De
este modo, estaban fatigados y agobiados de toda esa absurda e inaguantable
reglamentación. Entonces Jesús, bondadoso, magnánimos, compasivo por naturaleza, les
dice que vengan a El, y El, con su doctrina de amor, les aliviará, concretamente
descansarán, con un descanso restaurador.
2. CARGUEN SOBRE USTEDES MI YUGO Y APRENDAN
Frente a este fastidio, Jesús les invita a tomar su yugo, una expresión usual entre los judíos
como sinónimo de la Ley, pero en este caso, el yugo de Jesús es su doctrina, por eso les
dice aprendan de mi, de sus enseñanzas, de su escuela, que se dejen instruir por EL, que
es y se proclama Maestro. Como tal, les ofrece paciencia y humildad de corazón, afecto,
conducta suave y amorosa, mansedumbre, oposición a la ira y la soberbia.
Jesús les ofrece a los tomen su yugo, el descanso para sus almas, porque no sólo su yugo
es suave y su carga liviana, sino que da vida abundante (Jn 10:10), y, con ella, la gracia, la
vida se restaura, se expansiona, se hace sobrenaturalmente gozosa.
3. YO LOS ALIVIARÉ
Jesús llama al corazón, cuando hace el llamado con el “Vengan a mí todos los que están
afligidos y agobiados, y yo los aliviaré”, El nos muestra que conoce bien el corazón de los
hombres, es así como estas son unas palabras muy alentadoras, muy gratificante. Jesús
sabe que es allí donde se vive la fatiga, la aflicción, el dolor y la desesperanza.
Con el vengan a mí, Jesús nos invita de esa manera a todos los oprimidos, a los que tienen
pesar, a los que sufren de la miseria, ¿Dónde más puede el hombre encontrar palabras tan
esperanzadoras como estas? ¿Dónde podríamos encontrar más alivio y consuelo?
4. SER CRISTIANO ES QUERER VIVIR COMO CRISTO
Ser cristiano es querer vivir como Cristo, tener sus mismos sentimientos, ¿existe un plan de
vida mejor?, respondamos amorosamente que no, entonces dispongámonos a vivir como es
Jesús, tener sus mismos sentimientos, mirar a los hombres con sus ojos, aprender de su
corazón a vivir del amor del Padre y a entregar ese amor a nuestros hermanos en gestos
pequeños y humildes.
Es este un hermoso texto del Evangelio, son hermosas palabras para la meditación y para
acogerlas plenamente en nuestras vidas, el Vengan a mí, es buscar una frecuente intimidad
con Jesús, es querer sanar nuestras heridas, es pedir perdón, es querer la reconciliación,
es estar preparados para recibir la gracia.
5. VAYAMOS A JESÚS, CON INTENSOS MOMENTOS DE ORACIÓN
Vengan a mi, una gran invitación para disfrutar la compañía de Jesús, para encontrar paz,
para aliviar nuestros dolores y penas, son palabras suaves, pero con gran calor de
comprensión y afecto.
Vayamos a Jesús, con intensos momentos de oración, digámosle nuestros proyectos y
necesidades, presentémosle nuestros anhelos y contémosle nuestras angustias.
Jesús busca y quiere hacernos partícipes de su misma vida: Aprendan de mí. Es una
oportunidad para experimentar el gozo de la Trinidad, el gozo de saberse el Hijo amado del
Padre, el gozo del Espíritu Santo que consuela y anima y fortalece.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, dulce oportunidad para poner el hombro
bajo la cruz, tomar la propia cruz, cargar con los sufrimientos que nos agobian y nos afligen,
la misma Cruz que cargó el Señor, entonces estaremos sostenidos por su Espíritu y que
llevaremos su misma vida. El sentido de la cruz, es el fin del mal, allí el Señor venció la
muerte, y no regaló una vida nueva.
Cristo Jesús viva en sus corazones