Orar es el ascender de mi existencia a la altura de Dios
2011-12-16
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 5, 33-36
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Ustedes enviaron mensajeros a Juan el
Bautista y él dio testimonio de la verdad. No es que yo quiera apoyarme en el
testimonio de un hombre. Si digo esto, es para que ustedes se salven. Juan era la
lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz.
Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan: las obras que el Padre me ha
concedido realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me acreditan
como enviado del Padre”. Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, perdóname porque soy egoísta y a veces vivo centrado en las cosas de
todos los días y me olvido de Ti, de mi fin último que es el cielo. Te suplico que
guíes mi oración para que en ella encuentre la fuerza y la luz para ser siempre fiel a
tu inmenso amor. Confío en tu misericordia.
Petición
Jesús, que pueda experimentar tu cercanía y misericordia en esta meditación.
Meditación
Orar es el ascender de mi existencia a la altura de Dios
«La oración, por una parte, debe ser muy personal, un unirme en lo más profundo
a Dios. Debe ser mi lucha con Él, mi búsqueda de Él, mi acción de gracias para Él y
mi alegría en Él. Con todo, nunca es solamente algo privado de mi “yo” individual,
que no tiene que ver con los demás. Orar es esencialmente siempre también un
rezar en el “nosotros” de los hijos de Dios. Solo en este “nosotros” somos hijos
de nuestro Padre, que el Seor nos ense a rezar. Slo este “nosotros” nos abre el
acceso al Padre. Por una parte, nuestra oración debe ser cada vez más personal,
tocar y penetrar cada vez más profundamente en el núcleo de nuestro “yo”. Por la
otra, debe nutrirse siempre de la comunión de los orantes, de la unidad del Cuerpo
de Cristo, para plasmarme verdaderamente a partir del amor de Dios. Así rezar, en
última instancia, no es una actividad entre las demás, un cierto rincón de mi
tiempo. Rezar es la respuesta al imperativo que está en el Canon en la Celebración
eucarística: Sursum corda – levantad vuestros corazones. Es el ascender de mi
existencia hasta la altura de Dios. En san Gregorio Magno se encuentra una bella
palabra al respecto. Él recuerda que Jesús llama a Juan Bautista una “lámpara que
arde y resplandece” y continua: “ardiente por el deseo celeste, resplandeciente por
la palabra. Por tanto, para que se conserve la veracidad del anuncio, debe ser
conservada la altura de la vida”. La altura, la medida alta de la vida, que
precisamente hoy es esencial para el testimonio en favor de Jesucristo, la podemos
encontrar solo si en la oración nos dejamos atraer continuamente por Él hacia su
altura» (Benedicto XVI, 7 de febrero de 2011).
Reflexión apostólica
«Los compromisos de vida espiritual promueven el contacto con las fuentes de la
vida cristiana, sobre todo los sacramentos, la oración y el Evangelio. Además,
acercan a Dios, modelan el corazón, propician la apertura a los valores del espíritu,
forjan la sensibilidad espiritual y fortalecen la voluntad. Es decir, configuran la
personalidad del miembro del Movimiento, que es ante todo discípulo de Jesucristo
e hijo de la Iglesia» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 362).
Propósito
Pedirle luz al Espíritu Santo para que mi oración me acerque verdaderamente a
Dios.
Diálogo con Cristo
Señor, mi misión es acercar a las personas a tu Evangelio, a tu mensaje de amor y
de perdón. Ayúdame a saber aprovechar este período de Adviento para intensificar
mi vida de oración y mi vida sacramental a fin de que mi misión pueda tener éxito,
y en la próxima Navidad haya más personas que descubran tu amor.
«La voluntad de Dios la descubrirás en la oración de contemplación, de súplica y de
diálogo íntimo y cálido con Dios nuestro Señor. »
( Cristo al centro, n. 2334).