Jesús es el heredero de las promesas del Antiguo Testamento
2011-12-17
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 1, 1-17
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a
Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a
Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a
Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz, Booz engendró de
Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David.
David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a
Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam,
Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a
Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos durante el destierro en
Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a
Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc,
Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
De modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce;
desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y desde la deportación
a Babilonia hasta Cristo, es de catorce. Palabra del Señor
Oración introductoria
Dios mío, en estos días cercanos a la Navidad te suplico me concedas la gracia de
orar con profundidad para contemplar y saber agradecer el gran misterio de la
Encarnación de tu Hijo.
Petición
Señor, dame la gracia de mantener siempre viva la disposición de reconocerte y
seguirte, con totalidad y desinterés.
Meditación
Jesús es el heredero de las promesas del Antiguo Testamento
«Mateo ofrece también una especie de datación, al comenzar su Evangelio con el
árbol genealógico de Jesús, formado por la estirpe de Abraham y la estirpe de
David: presenta a Jesús como el heredero tanto de la promesa a Abraham como del
compromiso de Dios con David, al cual había prometido un reinado eterno, no
obstante todos los pecados de Israel y todos los castigos de Dios. Según esta
genealogía, la historia se divide en tres periodos de catorce generaciones —catorce
es el valor numérico del nombre de David—: de Abraham a David, de David al exilio
babilónico y después otro nuevo periodo de catorce generaciones. Precisamente el
hecho de que hayan transcurrido catorce generaciones indica que por fin ha llegado
la hora del David definitivo, del renovado reinado davídico, entendido como
instauración del reinado de Dios. Como corresponde al evangelista judeocristiano
Mateo, se trata de un árbol genealógico judío en la perspectiva de la historia de la
salvación, que piensa en la historia universal a lo sumo de forma indirecta, es decir,
en la medida en que el reino del David definitivo, como reinado de Dios, interesa
obviamente al mundo entero. Con ello, también la datación concreta resulta vaga,
ya que el cálculo de las generaciones está modelado más por las tres fases de la
promesa que por una estructura histórica, y no se propone establecer referencias
temporales precisas» (Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera
parte, p. 13).
Reflexión apostólica
«La propia familia es siempre un campo de apostolado prioritario. Y la familia se
evangeliza viviendo generosamente la caridad, cumpliendo cada uno sus deberes
dentro de la familia, dando testimonio de coherencia personal, y compartiendo con
los demás la propia experiencia espiritual con sencillez y naturalidad» (Manual del
miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 378).
Propósito
Hacer una oración especial por la unión de la familia.
Diálogo con Cristo
Señor, Tú viniste al mundo, creciste y te preparaste para tu misión en una familia.
Concédeme tu gracia para saber sembrar armonía, comprensión, perdón, apoyo
mutuo, generosidad, alegría y paz en mi propia familia, siguiendo el ejemplo de tu
padre san José y de tu madre María.
«El mundo de hoy tiene necesidad de testimonios de familias cristianas en las que
se vive el amor y se vive de amor»
( Cristo al centro, n. 889).