Renovar nuestro «sí» a Dios
2011-12-18
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David,
llamado José. La virgen se llamaba María.
Entr el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocup mucho y se preguntaba qué querría
decir semejante saludo.
El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a
concebir y a dar luz un hijo y le podrás por nombre Jesús. El será grande y será
llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él
reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”.
María le dijo entonces al ángel: “¿Cmo podrá ser esto, puesto que yo permanezco
virgen?” El ángel le contest: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será
llamado Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya
va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para
Dios”. María contest: “Yo soy la esclava del Seor; cúmplase en mí lo que me has
dicho”. Y el ángel se retir de su presencia. Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, ayúdame a saber escuchar, como María, lo que hoy me quieres decir en esta
oración. Permite que logre hacer el silencio interior necesario para no sólo oír sino
impregnar todo mi modo de ver, pensar y de actuar con la verdad de tu Evangelio.
Petición
Espíritu Santo, dame tus dones para dar un «sí» decidido, alegre y permanente a la
voluntad de Dios en mi vida.
Meditación
Renovar nuestro «sí» a Dios
«Cuando Dios llamó a María "llena de gracia", se encendió para el género humano
la esperanza de salvación: una hija de nuestro pueblo encontró gracia a los ojos del
Señor, que la escogió para ser Madre del Redentor. En la sencillez de la casa de
María, en una pobre aldea de Galilea, comenzó a realizarse la solemne profecía de
la salvación: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él
te pisará la cabeza mientras tú acechas su calcañar". Por eso, el pueblo cristiano ha
hecho suyo el cántico de alabanza que los judíos elevaron a Judit y que nosotros
acabamos de rezar como salmo responsorial: "¡Bendita seas, hija del Dios Altísimo,
más que todas las mujeres de la tierra!". Sin violencia, pero con la dócil valentía de
su "sí", la Virgen nos ha librado no de un enemigo terreno, sino del antiguo
adversario, dando un cuerpo humano a Aquel que le aplastaría la cabeza una vez
para siempre» (Benedicto XVI, 14 de junio de 2008).
Reflexión apostólica
«El miembro del Movimiento procura elevar su corazón a María por la mañana, a
medio día y por la tarde mediante el rezo del Ángelus o, durante el tiempo pascual,
el ¡Alégrate, Reina del cielo! Estas plegarias son una oportunidad para unirse a
María con corazón filial, recordar sus privilegios y su grandeza, invocar su
protección y su ayuda, admirar su entrega a la voluntad de Dios y renovar la
decisión de imitarla en las virtudes que más la caracterizaron » (Manual del
miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 236-237).
Propósito
Buscar momentos de silencio a lo largo del día para estar atento a la voz de Dios.
Diálogo con Cristo
Gracias, María, por saber escuchar y estar siempre dispuesta a cumplir la voluntad
de Dios. Intercede ante tu Hijo para que sepa oír y aceptar la Palabra de Dios como
norma y ley de mi vida cotidiana, sólo así podre anunciar el mensaje de amor de
Cristo.
«María nos enseñó la verdadera y única actitud con que se debe responder a Dios:
“Engrandece mi alma al Seor”; “hágase en mí según tu palabra”»
( Cristo al centro, n. 1502).