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IV Semana del Adviento
Sábado 24 de diciembre, Misa matutina
Lc 1, 67-79
Nos visitará el solo que nace de lo alto . En la ya inminente cercanía de la
Navidad, hemos escuchado el cántico de Zacarías, el Benedictus : el cántico
entonado por el padre de san Juan Bautista, Zacarías, cuando el nacimiento de ese
hijo cambió su vida, disipando la duda por la que se había quedado mudo, un
castigo significativo por su falta de fe y de alabanza.
Ahora, en cambio, Zacarías puede celebrar a Dios que salva, y lo hace con este
himno, recogido por el evangelista san Lucas en una forma que ciertamente refleja
su uso litúrgico en el seno de la comunidad cristiana de los orígenes (cf. Lc 1, 68-
79).
El mismo evangelista lo define como un canto profético, surgido del soplo del
Espíritu Santo (cf. Lc 1, 67). En efecto, nos hallamos ante una bendición que
proclama las acciones salvíficas y la liberación ofrecida por el Señor a su pueblo.
Con Cristo aparecerá la luz que ilumina a toda criatura (cf. Jn 1, 9) y florece la
vida, como dirá el evangelista san Juan uniendo precisamente estas dos
realidades: “En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres” ( Jn 1, 4).
Caminemos hacia el portal de Belén, teniendo como punto de referencia la luz,
que nos nacerá de lo alto, Jesucristo nuestro Señor; y nuestros pasos inciertos, que
durante el día a menudo se desvían por senderos oscuros y resbaladizos, han de
ser sostenidos por la claridad de la verdad que Cristo difunde en el mundo y en la
historia, en cada hombre.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)