EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
San Esteban, protomártir - Fiesta
Libro de los Hechos de los Apóstoles 6,8-10.7,54-59.
Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos en el pueblo.
Algunos miembros de la sinagoga llamada "de los Libertos", como también otros,
originarios de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, se
presentaron para discutir con él.
Pero como no encontraban argumentos, frente a la sabiduría y al espíritu que se
manifestaba en su palabra,
Al oír esto, se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él.
Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios,
y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios.
Entonces exclamó: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de
Dios".
Ellos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como
un solo hombre;
y arrastrándolo fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los
mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu".
Salmo 31(30),3-4.6.8.16-17.
Inclina tu oído hacia mí
y ven pronto a socorrerme.
Sé para mí una roca protectora,
un baluarte donde me encuentre a salvo,
porque tú eres mi Roca y mi baluarte:
por tu Nombre, guíame y condúceme.
Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
¡Tu amor será mi gozo y mi alegría!
Cuando tú viste mi aflicción
y supiste que mi vida peligraba,
mi destino está en tus manos".
Líbrame del poder de mis enemigos
y de aquellos que me persiguen.
Que brille tu rostro sobre tu servidor,
sálvame por tu misericordia;
Evangelio según San Mateo 10,17-22.
Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en
las sinagogas.
A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio
delante de ellos y de los paganos.
Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo
que deban decir se les dará a conocer en ese momento,
porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará
en ustedes.
El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a
su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir.
Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere
hasta el fin se salvará.
Comentario del Evangelio por
San Juan Crisóstomo (v. 345-407), sacerdote en Antioquía, después obispo
de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilía para el Viernes santo «La Cruz y el ladrón»
«Señor, no les tengas en cuenta su pecado»
Imitemos al Señor y roguemos por los enemigos... Imita al Señor: ¡fue
crucificado y rogó al Padre por los que lo crucificaban! Preguntarás ¿cómo puedo yo
imitar al Señor? ¡Si quieres, puedes! Porque si no lo pudieras imitar ¿para qué
habría dicho El, «aprended de mí que soy manso y humilde de corazón?" Si no lo
pudieras imitar no habría dicho Pablo: ¡Sed imitadores míos, como yo lo soy de
Cristo!
Por lo demás, si no puedes imitar al Señor, imita a tu consiervo; es decir, al
apóstol Esteban. Porque él imitó al Señor. Y, a la manera de Cristo, puesto en
medio de los que lo crucificaban, rogaba al Padre por los que lo crucificaban; así el
siervo, puesto entre los que lo apedreaban, cuando todos lo acometían, mientras
recibía las heridas de las piedras, olvidado del dolor que de eso le provenía,
exclamaba: ¡Señor! ¡no les tengas en cuenta este pecado! ¿Observas cómo ora el
Señor? ¿observas cómo ora el siervo? Aquél dice: ¡Padre! ¡Perdónales este pecado,
porque no saben lo que hacen! Este dice: ¡No les imputes este pecado! Y para que
conozcas cómo éste suplica empeñosamente, no ora simplemente cuando es
lapidado, y de pie, sino puestas las rodillas en tierra y hablando con dolor y con
grande conmiseración.
Cristo dijo: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen». En otro lugar
dice: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado». Pablo dijo: «Ofrezco este
sacrificio por mis hermanos, más cercanos según la carne» (cf Rm 9,3). Moisés
dijo: «Si quieres puedes perdonar sus pecados, sino bórrame del Libro de la vida
que has escrito» (Ex 32,32). David dijo: «Que tu mano caiga sobre mi y mi familia»
(2S 24,17)... ¿Qué perdón pensamos poder obtener, si hacemos lo contrario de lo
que se nos ha pedido hacer contra nuestros enemigos, cuando el mismo Señor y los
servidores del Antiguo y Nuevo Testamento nos han exhortado a pedir en su favor?
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”