EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
San Juan, apóstol y evangelista - Fiesta
Epístola I de San Juan 1,1-4.
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con
nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras
manos acerca de la Palabra de Vida, es lo que les anunciamos.
Porque la Vida se hizo visible, y nosotros la vimos y somos testigos, y les
anunciamos la Vida eterna, que existía junto al Padre y que se nos ha manifestado.
Lo que hemos visto y oído, se lo anunciamos también a ustedes, para que vivan en
comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo
Jesucristo.
Les escribimos esto para que nuestra alegría sea completa.
Salmo 97(96),1-2.5-6.11-12.
¡El Señor reina! Alégrese la tierra, regocíjense las islas incontables.
Nubes y Tinieblas lo rodean, la Justicia y el Derecho son la base de su trono.
Las montañas se derriten como cera delante del Señor, que es el dueño de toda la
tierra.
Los cielos proclaman su justicia y todos los pueblos contemplan su gloria.
Nace la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, en el Señor y alaben su santo Nombre.
Evangelio según San Juan 20,2-8.
Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les
dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto".
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro.
Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y
llegó antes.
Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró.
Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en
el suelo,
y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas,
sino enrollado en un lugar aparte.
Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y
creyó.
Comentario del Evangelio por
Orígenes (v. 185-253), sacerdote y teólogo
Comentario sobre el evangelio de san Juan, I, 21-25; SC 120
«El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros y hemos visto su gloria...,
lleno de gracia y de verdad» (Jn 1,14)
Pienso que los cuatro evangelios son los elementos esenciales de la fe de la
Iglesia, y pienso que las primicias de los evangelios se encuentran... en el evangelio
de Juan que, para hablar de aquello donde otros hicieron la genealogía, comienza
por el que no la tiene. En efecto, Mateo, escribiendo para los judíos que esperan al
hijo de Abraham y de David, dice: " Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de
Abraham " (1,1); y Marcos, sabiendo bien lo que escribe, pone: " Principio del
Evangelio " (1,1). El fin del Evangelio la encontramos en Juan: este es " el Verbo
que estaba al principio ", la Palabra de Dios (1,1).
Pero Lucas, también reserva para el que reposó en el pecho de Jesús (Jn
13,25) los discursos más grandes y más perfectos sobre Jesús. Ninguno de ellos
mostró su divinidad de manera tan absoluto como Juan, que le hace decir: "Yo soy
la luz del mundo ", "Yo soy el camino, la verdad y la vida ", "Yo soy la resurrección
", " Yo soy la puerta", "Yo soy el buen pastor " (8,12; 14,6; 11,25; 10,9.11) y, en
el Apocalipsis, " Yo soy el alfa y el omega, el principio y el fin, el primero y el último
" (22,13).
Hay que atreverse a decir que, de todas las Escrituras, los Evangelios son las
primicias y que, entre los evangelios, las primicias son las de Juan, y nadie lo puede
entender si no estuvo recostado en el pecho de Jesús y si no recibió de Jesús a
María, como madre (Jn 19,27)... Cuando Jesús le dice a su madre: " he aquí a tu
hijo " y no: " he aquí, que este hombre es también tu hijo ", es como si le dijera: "
he aquí, a tu hijo a quien diste a luz". En efecto, quien llega a la perfección "no vive
en él, sino que es Cristo quien vive en él " (Ga 2,20)... ¿Todavía es necesario decir,
qué inteligencia nos hace falta tener, para interpretar dignamente la palabra
depositada en las vasijas de arcilla (2 Co 4,7 )de un lenguaje ordinario? ¿En esta
carta que puede ser leída por cualquiera, esta palabra se vuelve audible para los
que prestan sus oídos? Porque, para interpretar con exactitud el evangelio de Juan,
hay que poder decir en toda verdad: " Nosotros, tenemos el pensamiento del
Cristo, para conocer las gracias que Dios nos ha concedido " (1 Co 2,16.12).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”