Jueves 22 de Diciembre de 2011
Feria privilegiada de Navidad 2011
1Samuel 1,24-28
En aquellos días, cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con él al
templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y
un odre de vino. El niño era aún muy pequeño. Cuando mataron el novillo, Ana
presentó el niño a Elí, diciendo: "Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo
aquí junto a ti, rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha
concedido mi petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo."
Después se postraron ante el Señor.
Interleccional: 1Samuel 2,1-8
R/Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador.
Mi corazón se regocija por el Señor, / mi poder se exalta por Dios; / mi boca
se ríe de mis enemigos, / porque gozo con tu salvación. R.
Se rompen los arcos de los valientes, / mientras los cobardes se ciñen de
valor; / los hartos se contratan por el pan, / mientras los hambrientos engordan; /
la mujer estéril da a luz siete hijos, / mientras la madre de muchos queda baldía. R.
El Señor da la muerte y la vida, / hunde en el abismo y levanta; / da la
pobreza y la riqueza, / humilla y enaltece. R.
Él levanta del polvo al desvalido, / alza de la basura al pobre, / para hacer
que se siente entre príncipes / y que herede un trono de gloria. R.
Lucas 1,46-56
En aquel tiempo, María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se
alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su
esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los
soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a
los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a
Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a
nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre." María se
quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
COMENTARIOS
El “ Magnificat ” es un canto a la vida del pueblo que lucha por un proyecto
de justicia. Dios se pone del lado de los empobrecidos, los colma de bienes, los
enaltece, mientras que a los ricos los destrona y los manda con las manos vacías.
La esperanza del pueblo tiene que ver con la transformación de las estructuras que
los poderosos han predeterminado. El Canto de María es una profecía sobre un
nuevo orden, en el que los pobres serán los predilectos del amor de Dios.
La otra dimensión es el agradecimiento a Dios por elegir a una mujer pobre y
sencilla por madre del salvador. Ese hecho muestra una vez más que el corazón de
Dios apuesta por los humildes y sencillos.
Juan Alarcón, s.j..
(Extracto de servicios KOINONÍA)