Carta del Obispo de Posadas para el domingo 25 de diciembre de 2011.
“NAVIDAD”:
Este fin de semana celebramos con especial alegría esta Solemnidad central en la fe de
los cristianos. La Navidad, expresión máxima del amor de Dios, que no sólo nos creó,
sino que quiso hacerse uno de nosotros y se “encarn”. El Evangelio de este domingo (Jn
1,1-18), nos relata este misterio de la Fe: “En el principio existía la Palabra y la Palabra
era Dios, todo se hizo por ella y sin ella no se hizo cuanto existe. Y la Palabra se hizo
carne, y puso su morada entre nosotros…”(Jn 1, 1-3.14).
En el pesebre de Belén contemplamos la pequeñez de Dios, que contradice la vanagloria
y el falso esplendor de los poderosos de este mundo. El pesebre es un signo fuerte que
nos señala la grandeza de Dios. Nos enseña que solo los pequeños y humildes entienden
este Reino que es anunciado como “la Buena Noticia”: “Bienaventurados los pobres de
espíritu porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos” (Mt 5,1).
La alegría de la Navidad nos debe animar en la esperanza y fortalecer para renovar
nuestra condición de discípulos y misioneros de Jesucristo.
Nuestro tiempo necesita de cristianos que vivan esta experiencia del amor de Dios
expresada de una manera tan elocuente en “Su” nacimiento en el pesebre. El amor de
Dios, del “pesebre” y de “la Pascua”, nos permitirá realizar un aporte fundamental para
humanizar y evangelizar nuestra cultura contemporánea, marcada por la fragmentación,
el individualismo y el exceso del consumismo.
En el contexto del tiempo de Navidad el próximo viernes 30 de diciembre celebraremos la
Solemnidad de “La Sagrada Familia de Jesús, María y José”, la familia de Nazaret, la del
“Emanuel”, la del “Dios con nosotros”, la familia que conoci el asombro del anuncio del
nacimiento virginal, la pobreza del pesebre de Belén, la persecución en su huida a Egipto,
lo misterioso de las profecías de Simeón y de Ana. (Lc 2, 22-40), así como también la
cotidianidad de casi treinta años de silencio y trabajo.
En esta fiesta de la Sagrada Familia es fundamental recordar que, precisamente la
familia, ha sido unos de los temas de nuestro primer Sínodo Diocesano, tema que
hemos asumido en nuestra tarea de evangelización durante estos años en las distintas
comunidades parroquiales.
Preparándonos para la celebración de la Sagrada Familia quiero recordar la introducción
al capitulo VII, de nuestras “Orientaciones Pastorales” que nos seala: Coincidiendo con
lo expresado en el Documento de Aparecida (432) la familia es uno de los tesoros más
importantes del pueblo argentino y de la Diócesis de Posadas. En esta porción de
Latinoamérica, una parte importante de la población está afectada por difíciles
condiciones de vida que amenazan directamente la institución familiar. En nuestra
condición de discípulos y misioneros de Jesucristo, estamos llamados a trabajar para que
esta situación sea transformada, y la familia asuma su ser y su misión en el ámbito de la
sociedad y de la Iglesia.
Los desafíos pastorales para esta temática, priorizados por los sinodales, fueron definidos
a partir de algunas fortalezas y problemáticas visualizadas en nuestra Diócesis. En
relación con las fortalezas podemos decir que en nuestra Diócesis encontramos muchas
familias que son casa y escuela de valores, que existen grupos pastorales preocupados y
ocupados por acompañar a las familias y que existen medios de comunicación diocesanos
y otros disponibles. Como problemáticas de nuestras familias podemos citar el progresivo
aumento de parejas en situación irregular, la pérdida de valores en el seno familiar y la
falta de pastoral orgánica que acompañe a la familia en sus diferentes etapas…” esto será
un desafío que tendremos que asumir en los próximos años.
Finalmente, este domingo, el último del año nos invita a que pidamos a Dios por este año
2012 que vamos a comenzar. Como Obispo y Pastor quiero pedir a Dios por todos
nosotros para que empecemos un año donde podamos crecer en justicia y paz.
Les envío un saludo cercano y Feliz Navidad. Mons. Juan Rubén Martínez.