Ciclo B. Natividad del Señor
Antonio Elduayen, C.M.
Queridos amigos
La Navidad es Jesús. Es lo esencial de cuantas cosas podemos decir de la Navidad.
Sin eso no hay Navidad cristiana.
Jesús, que es el Hijo único de Dios Padre, hecho hombre en María por obra y gracia
del Espíritu Santo.
«En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su
Hijo Único, para que vivamos por medio de Él» (1Jn. 4, 9). «Concebirás en tu seno
y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús» (Lc 1, 31). «Miren, la
Virgen está embarazada y va a dar a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de
Emmanuel» (Is. 7, 12-14). «Y su nombre es: Admirable, Dios, Príncipe de la Paz,
Padre del tiempo perpetuo, y su Reino no tendrá fin» (Is. 9, 2.6; Lc. 1,33). Sólo por
esto y después de esto, la Navidad es otro montn de cosas… Las siguientes, por
ejemplo.
La Navidad es alegría, porque es la fiesta del nacimiento de un niño; y de la
máxima alegría, porque este niño es el divino Niño Jesús, el Salvador prometido, en
su primera venida a la tierra. Los cumpleaños son siempre motivo de alegre
celebracin… Por eso ahora celebramos el nacimiento del Nio Dios (la Navidad) en
la débil carne humana; y celebraremos después su venida triunfal al fin de los
tiempos (la Parusía).
La Navidad es Gratitud. Gratitud por el amor que el Padre Dios nos tiene, tanto que
nos entregó a su Hijo único; y por el amor que el Hijo de Dios nos tiene, tanto que
dio su vida por nosotros y nos hizo coherederos de su Reino; y por el amor del
Espíritu Santo, que lo encarnó en María y lo va encarnando en nosotros por el
bautismo.
Gratitud por esta Navidad nueva, que nos permite vivir, y que queremos compartir,
porque la gratitud conlleva el compartir.
La Navidad es Compromiso, porque nos involucra enteramente con Jesús. Para
recibirlo y acogerlo, pero también para seguirlo y acompañarlo todos los días de
nuestra vida. Y para anunciarlo y construir su Reino. Donde ya no haya más
nacimientos en la penuria, como fue el de Jesús, y donde se den condiciones de
vida en justicia, paz y amor.
Compromiso de dejar que Él marque nuestra vida y nuestro camino, para hacerlo
crecer en nosotros y en el entorno, transformando el mundo según su evangelio.
La Navidad es Fuerza. La fuerza que nos da al injertarnos en Él por el bautismo,
para ser y parecer hijos adoptivos de Dios Padre, hermanos de Jesús y testigos
vivos del y con el Espíritu Santo. Y para hacer cosas aún mayores que Él (Jn 15,
12) y ser constructores del Reino de Dios.
La fuerza que tuvieron María y José para llevar adelante la Navidad de Jesús, pese
a todo. ¡Qué buen ejemplo para nosotros! Poder celebrar la Navidad como se lo
merece, pese a todo.
Fuente: Somos.vicencianos.org (con permiso)