Solemnidad. Santa María, Madre de Dios (1 de enero)
“María guardaba todas las cosas, meditándolas en su corazn”
Pautas para la homilias
Al estrenar un nuevo año todos nos hacemos nuestros buenos propósitos, como si
necesitáramos dar un giro a muchas de las cosas que vivimos. Las lecturas de hoy
nos aportan ideas para comenzar un tiempo mejor.
Bendice y sé bendición de parte de Dios
Los sacerdotes del tiempo de Moisés son enviados a bendecir a los israelitas. Tienen
muchas funciones, la mayoría de ellas misteriosas, exclusivamente cultuales. Pero
Dios les encarga también de “bendecir”, como si tuvieran que salirse del ámbito
exclusivamente religioso y mistérico. Bendecir es lo más humano que pueden
hacer: transmitir, acercar la presencia de Yahvé a las realidades más bajas de la
vida. Bendecir es contagiar los dones exclusivos de Dios a las personas. Por el
bautismo todos somos sacerdotes. Por eso nos toca descubrir la presencia de Dios
en todo lo que nos rodea (sus bendiciones), y hacer lo posible por convertirnos en
transmisores de su gracia y de su amor. ¡Que nada de lo humano permanezca al
margen de la bendición del Señor!
Descubre que “el Seor te bendice y te guarda”
No es un deseo bonito de su parte, sino una realidad con la que te obsequia.
Siempre que tú quieras descubrirlo. El israelita vive de otro modo su vida ordinaria
sabiendo que su Dios está cerca, que su gracia penetra todos los ámbitos de la
existencia. No te quedes con lo negativo que ves a tu lado. Ni siquiera con el
pecado que tú mismo produces y del que te cuesta escapar. Desmiente los tópicos
negativos que te envuelven. Oblígate a reconocer el amor de Dios más cerca de ti
de lo que imaginas…
Vive “el tiempo cumplido”
“Cuando se cumplió el tiempo” el Dios de Israel realizó la plenitud de su obra: Jesús
encarnado. Ya está hecha. No creas que tú eres el artífice de todo, o que nada se
puede realizar sin ti. No guardes energías para un futuro próximo (tu propia
conversión, tu felicidad de más adelante, tus deseos de servir por completo…). Si
Dios ya lo ha dado todo por ti, ¿por qué tú te reservas tantas cosas? El mejor día
para vivir es hoy…
No tengas miedo “a la ley”
Jesús nació “bajo la ley”, llena de límites. La ley de lo humano, tan frágil e
incompleto. La ley de las contradicciones. La ley de los imperios de los hombres, a
veces tan crueles. La ley de la crisis y hasta de la desesperanza… Y nos permitió
vivir un poco por encima de ella. No: el mal, el límite, no puede tener la palabra
definitiva sobre nuestra realidad. No tengas miedo a la ley, ponte del lado de la
gracia…
Escucha el clamor del Espíritu de Dios
Ese que habita dentro de ti. ¡Son tantos los ruidos que quieren ahogar su voz! Es el
sello que te da identidad y te recuerda la imagen de tu Creador, de tu Padre.
Porque eres hijo, y por tanto heredero. Ahonda en el silencio, atiende al Dios que se
esconde en tu adentro. Vive desde el interior, encuentra allí tu verdad más
profunda y sagrada. Goza del amor que Alguien ha derrochado sobre ti.
Cultiva la admiración
Los pastores, acostumbrados a la dureza de la vida, se emocionan al ver un bebé
“acostado en el pesebre”. Decidieron admirarse, se abrieron a nuevas posibilidades.
¿Y si todo fuera mayor de lo que vemos? ¿Y si hubiera un misterio que lo envuelve
todo y nos hace sentir pequeños al lado de tanta grandeza? Se admiraron y
contagiaron admiración. Toda experiencia religiosa, de fe, surge de una actitud de
admiración y en ella se mueve.
Guarda las cosas importantes en el corazón, meditándolas
Es lo que hace María. Lo va recogiendo todo en su adentro, lo lleva al lugar de lo
profundo e interior, al espacio “de lo sagrado”. Y allí lo deja madurar. Saca vida de
lo cotidiano, analiza la presencia de Dios escondida en lo ordinario. Deja reposar los
sucesos, y al volver sobre ellos encuentra pistas de salvación. La función de María
es pasiva: se deja hacer, permite a la realidad que vaya trabajando en Ella.
Estas siete invitaciones para un año nuevo, ¡para construir un pacífico año nuevo!,
son las mismas que ha vivido la Madre de Dios, Reina de la Paz. Que Ella nos ayude
a descubrir al salvador en toda la realidad que se nos regala en este tiempo que
estrenamos.
Fr. Javier Garzón Garzón
Real Convento de Predicadores (Valencia)