Fiesta. San Juan, apóstol, evangelista (27 de diciembre)
San Juan Apóstol y Evangelista ( Jn 20, 2-9)
El otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero el sepulcro . La
fiesta de Navidad, oportunamente preparada por el período del Adviento, pone en
marcha, por decir así, una ulterior serie de festividades litúrgicas, que casi irradian
de ella y la rodean de cerca como para subrayar su altísima dignidad: san Esteban,
san Juan Evangelista, los santos Inocentes, la Sagrada Familia, la Maternidad de
María, y después, como conclusión de este ciclo extraordinario de celebraciones tan
significativas, la solemnidad de la Epifanía.
Nosotros sabemos que hemos sido llamados a tender continuamente a este
Reino de paz, de justicia y de fraternidad universal que nos ha anunciado el
Nacimiento de Cristo. Y hemos sido llamados no sólo a caminar sino también, me
atrevo a decir, a correr. Sí, a correr hacia Cristo, como hace el Apóstol Juan en la
narración evangélica de la misa de hoy, que es su fiesta. Hemos sido llamados a
avanzar y a hacer avanzar el mundo, como „luz del mundo‟ y „sal de la tierra‟.
Los cristianos no pueden tener, en la historia, un papel de retaguardia, ni
mucho menos de involución: el Evangelio que tienen en las manos, las palabras y
los ejemplos de Cristo que están en ellos recogidos, deben hacerlos, a pesar de
todas sus debilidades humanas, hombres de vanguardia y de esperanza. A ellos
toca trazar el camino que la humanidad debe recorrer hacia la salvación y hacia
aquella „vida eterna‟, celeste y trascendente, de la que habla la primera lectura de
la misa de hoy, tomada precisamente del Apstol Juan: “La vida se manifest, y
nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna, que
estaba vuelta hacia el Padre y que se nos manifest” ( 1 Jn 1, 2).
Que el Apóstol Juan, aquel que, como dice la oracin de la misa de hoy, “reclin
su cabeza en el pecho del Seor y conoci los secretos divinos”, aquel que nos
revel “las misteriosas profundidades del Verbo divino”, el discípulo predilecto de
Jesús, nos haga comprender profundamente el sentido de la Navidad que acabamos
de celebrar; que nos permita también a nosotros llegar a ser verdaderos amigos y
confidentes del Señor.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)