Tiempo y Eternidad
______________________
José Manuel Otaolaurruchi, L.C.
La Sagrada Familia
Estrenamos el año con la celebración de Sagrada Familia. La familia es nuestro más
preciado tesoro, es el ámbito en el cual nacemos, crecemos y nos perfeccionamos. En los
momentos de dolor y dificultad con los únicos que contamos son con nuestros padres,
hermanos y con el cónyuge si estás casado.
Qué mayor privilegio que el tener una madre que nos ama con todo su corazón. Sentirnos
amados sin importar nuestros defectos o posesiones, porque para una madre y un buen
padre, lo único que les interesa es el amor de su hijo, sea como sea. Como decía Chesterton:
“En la prosperidad nuestros amigos nos reconocen; en la adversidad, nosotros reconocemos
a los amigos”.
La familia es reflejo del amor de Dios que en el cielo no está solo, sino que forma también
una comunión de vida trinitaria. Es una realidad tan hermosa que el mismo Dios quiso tener
una mamá y un hogar en el cual crecer y soñar. San José habrá enseñando a Jesús a trabajar
y la Virgen María a orar.
Como regalo de año nuevo, les voy a contar un cuento de cuando el niño Jesús era apenas
un chaval de unos ocho años de edad. Cuenta la leyenda que la Virgen María bajaba cada
mañana al pozo a tomar agua. El pequeñín la acompañaba y miraba con qué destreza
llenaba el cubo y lo apoyaba sobre su cabeza. Muchas veces se preguntó cómo le hacía para
no derramar el agua. Regresaban tomados de la mano. Cierto día el infante le dijo a su
madre: ‒Déjame que te ayude, porque ya tengo fuerzas. La Santísima Virgen se rehusó al
verlo aún tan débil. ‒No, hijo. El cubo es pesado y te puedes hacer daño. Pero como
insistiera tanto, la Virgen dejó el cubo a medio llenar y lo ayudó a cargarlo sobre su hombro
derecho. Caminaron largo y cuando llegaron la Virgen María se mortificó porque el niño
tenía una enorme llaga en el hombro. ‒¡Hijo, te has lastimado! ¡Te dije que no lo hicieras!
¡Mira qué herida te has hecho!
–No te angusties, mamá‒, repuso. Yo también me tengo que ir preparando…
Es necesario que nos vayamos preparando porque un día todos nuestros trabajos y
esfuerzos por ser buenos hijos de Dios tendrán sus frutos y su razón de ser. La familia es el
camino del hombre que comparte los momentos de gozo, de gloria, de dolor y luz que
conforma el mosaico de nuestra particular historia. Podrá faltar todo lo que quieras, menos
una familia.
En este tiempo en que la familia sufre tantos ataques y se le desprestigia, la fiesta de la
Sagrada Familia nos llama a orar por ella, a defenderla y promoverla. Esta fiesta es una
invitación a los esposos e hijos para permanecer unidos en Dios, fuente del amor auténtico.
twitter.com/jmotaolaurruchi