Ciclo B. Santa María, Madre de Dios. San Lucas 2, 16-21 (PDF)
Julio César Villalobos, C.M .
¡Qué bueno es tener una madre
Quiero compartir esta historia de la vida real. Hace muchos años atrás, quizás
alrededor de 45 años hubo dos niñas que jugaban cerca de su casa. Ellas
mostraban su alegría por estar juntas. Una de ellas, llamada Marita vio a lo lejos a
una persona que estaba desequilibrada mentalmente y que lo conocían que hacía
mucho daño en el barrio donde vivían. Este, se acercaba en dirección hacia ellas.
Junto a ellas había un pozo muy profundo destinado a colocar un poste de luz.
Lucecita, amiga de Marita, estaba junto a ese pozo. Marita, al ver que se acercaba
aquel hombre, lo único que atinó en hacer es: empujar a Lucecita a aquel pozo y
ella correr lo más que pueda a la casa de mamá Luisa. Al venir ya con toda la
familia, la madre desconsolada, y llena de fuerza a la vez, sacó a la niña de ese
pozo ya que Lucecita cayó de tal modo que su cuerpo literalmente hablando se
“hundi” o “se achic”. La mamá Luisa lo llev pronto al médico pero ellos no
pudieron hacer nada, más que curarle algunas heridas y nada más. Los médicos
sentenciaron: “ella se quedará así de pequea para toda la vida”. Han pasado casi
45 años y ella sigue del tamaño de una almohada. Pero ¿saben?, la mamá Luisa
siempre estuvo y está presente. Ella le lava, la asea, le da de comer, le carga de un
lado a otro dentro de su casa, ya que no puede salir. Cuando Dios me dio la
oportunidad de visitar su casa, slo dije: “Gracias, Seor, porque me permites
visitarte y qué bueno Jesús es tener una Madre”.
Toda persona viene de una madre, todo cristiano viene de una Madre, DIOS VIENE
DE UNA MADRE. En toda la Iglesia celebramos la solemnidad de “Santa María
Madre de Dios”, dentro del contexto del inicio del ao nuevo y de la jornada
mundial de oración por la paz.
¿Cuántos somos capaces en este día de invocar la presencia de Dios para que nos
bendiga?: “Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré”
(Num.6,22-27). A las 12 de la noche de hoy 1 de Enero: ¿qué hiciste?, ¿te
encomendaste a Dios?, ¿estuviste de “fiesta”?, ¿te pusiste de rodillas y le diste
gracias por el inicio de este ao?…
Es cierto esta verdad de fe: “Envi Dios a su Hijo nacido de una mujer” (Gal.4,4-7).
La presencia de María Santísima es real, tan real que es de nuestro propio “linaje”.
Qué maravilloso es saber que Dios viene de una Madre.
Los pastores habían escuchado hablar del nacimiento de Jesús en el portal de
Belén. Cuánto gozo, cuánta paz, cuántas ganas de estar lo más cerca que se pueda
de Jesús. Y allí encontraron a la Madre, tan sencilla, tan humilde, siempre
protegiendo al niño su hijo amado. Al llegar al portal de Belén tuvieron la resolución
de dar a conocer este acontecimiento que trastoca las fronteras de las naciones:
“Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores” (Lc.2,16-21).
Qué mejor regalo que estar junto a Jesús, como María Santísima. ¿Cuántos
hacemos el esfuerzo de estar junto a Jesús? Él quiere darnos la paz, él quiere
bendecirnos, él quiere acogernos siempre.
María Santísima entendió que su vida es para Dios. ¿Qué espacio de tu vida le das a
Jesús? Ella nunca nos deja. Nunca dejó a su Hijo, siempre lo protegió. ¿Te acuerdas
de la historia? La mamá Luisa acoge a su hija Lucecita, nunca se queja de que su
hija esté como está. Solamente se fía de Dios porque sabe que no le va a fallar.
Que el inicio de este año signifique el quedarnos siempre con Dios, el caminar con
Dios, el hablar de Dios a otros, el actuar como Dios nos pida como lo hizo la Virgen
Santa.
¿Sabes? ¡Qué bueno es tener una Madre!
Fuente: Somos.vicencianos.org (con permiso)