Ciclo B. Solemnidad. Epifanía del Señor.
Pedro Guillén Goñi, C.M
Con la fiesta de la Epifanía celebramos la manifestación universal del Hijo de Dios.
El recién nacido, que se encarna en nuestra propia historia para salvarnos, no se
circunscribe solamente a un lugar determinado sino que viene a irradiar con su luz
al mundo entero. Y será precisamente la luz la que vuelve a recobrar protagonismo
en la por sí ya rica simbología de esta fiesta que pareciera un cuento lleno de
ternura y amor con la mirada puesta en el portal de Belén.
Los Magos de Oriente, personas que intuyen el nacimiento del Hijo de Dios y se
ponen en camino, escenifican e iluminan con sus actitudes los primeros momentos
de la infancia del Salvador. Se dejan orientar por la estrella que les da confianza en
la oscuridad de la noche; indagan y se interesan por el lugar donde se encuentra el
Señor, preguntan a los doctores, analizan las Escrituras siempre con la mirada
puesta “en el rey de los judíos que acaba de nacer” (Mt. 2, 2); perseveran en la
búsqueda del Señor superando un sin fin de dificultades: los rigores climáticos del
desierto, la distancia, las incomprensiones, los celos y amenazas de Herodes…;
adoptan una actitud de humildad, reconocimiento y amor cuando se ponen bajo la
presencia del Redentor; le ofrecen todo lo que son y lo que tienen; vuelven a casa
por otro camino porque la experiencia vivida amerita un cambio de vida y
comparten con los demás la experiencia que han vivido.
A partir de estas profundas experiencias vividas por los Magos nos podemos
preguntar: ¿Somos capaces de entender también nuestra vida en relación con el
Señor desde la búsqueda, la luz que nos orienta, el camino, la superación de las
pruebas, la humildad, la ofrenda agradecida, el cambio de vida y el testimonio de
nuestra fe?. Dejarse conducir por la luz contagiosa del Señor y por otras personas
que se presentan en nuestro caminar; entender la vida como una “aventura” de
riesgo aceptando los retos y desafíos de un futuro marcado por la ilusión y la
esperanza de un encuentro gozoso; valorar el lado contemplativo y misterioso del
silencio que nos dirige hacia las profundidades del espíritu; reconocer en la
humildad de los demás el ejemplo que nos anima y una sucesiva cadena de
actitudes podemos descubrir en este pasaje de los Magos que nos presenta la
liturgia de la Epifanía.
Esta fiesta coincide con el inicio del Año 2012. Buen momento para recapitular y
hacer balance del anterior y para comprometernos en resoluciones prácticas desde
las enseñanzas que nos presenta el evangelio en el día de hoy.
Fuente: Somos.vicencianos.org (con permiso)