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4 de enero
Jn, 1, 35-42
Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)” (Jn, 1, 41). En el evangelio que
hemos escuchado la vocación de Pedro, según escribe el evangelista Juan, pasa a
través del testimonio de su hermano Andrés, el cual, después de haber encontrado
al Maestro y haber respondido a la invitación de permanecer con Él, siente la
necesidad de comunicarle inmediatamente lo que ha descubierto en su
“permanecer” con el Seor: “Hemos encontrado al Mesías -que quiere decir Cristo-
y lo llev a Jesús” (Jn 1, 41-42).
Ante estos hechos, que nos narra san Juan, bien podemos preguntarnos si hemos
encontrado al Mesías en esta Navidad, y si lo hemos encontrado, también podeos
preguntarnos si lo hemos compartido con otros de modo que les hayamos
contagiado del gozo ha habernos encontrado con el Niño que se nos ha dado. El
testimonio de los primeros discípulos de Jesús, es para nosotros discípulos del siglo
XXI, que hemos de volver gozosos de la gruta de Belén para contar por doquier el
prodigio del que hemos sido testigos. ¡Hemos encontrado la luz y la vida! En Él se
nos ha dado el amor.
“Hemos encontrado al Mesías”. Esta ha de ser nuestra meta en este nuevo ao, de
cada al Nio de Belém: „buscar‟ y „encontrar‟, para que sea un tiempo para renovar
nuestro camino espiritual con Jesús, con la alegría de buscarlo y encontrarlo
incesantemente. Y entonces nuestros buenos deseos de Navidad y año Nuevo serán
toda una realidad en nuestra vida. En efecto, la alegría más auténtica está en la
relación con Jesús, encontrado, seguido, conocido y amado, gracias a una continua
búsqueda de la mente y del corazón.
Ser discípulo de Cristo: esto basta al cristiano. La amistad con el Maestro
proporciona al alma paz profunda y serenidad incluso en los momentos oscuros y
en las pruebas más arduas. Cuando la fe afronta noches oscuras, en las que no se
„siente‟ y no se „ve‟ la presencia de Dios, la amistad de Jesús garantiza que, en
realidad, nada puede separarnos de su amor (cf. Rm 8, 39).
Pidamos a la Virgen María que nos ayude a seguir a Jesús, gustando cada día la
alegría de penetrar cada vez más en su misterio.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)