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Día litúrgico: Lunes II del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mc 2,18-22): Como los discípulos de Juan y los fariseos
estaban ayunando, vienen y le dicen a Jesús: «¿Por qué mientras los discípulos de
Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, tus discípulos no ayunan?». Jesús les
dijo: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con
ellos? (…). Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán,
en aquel día. Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos (…), sino que el
vino nuevo se echa en pellejos nuevos».
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
La Nueva Alianza mediada por Jesucristo lleva a la Antigua a su plenitud
Hoy, Jesucristo —a propósito de la "intencionada" pregunta sobre el ayuno— se
presenta como el "esposo" de las nupcias prometidas de Dios con su pueblo,
desvelando así progresivamente su condición de Mesías y de su existir dentro del
misterio de Dios. En Jesús, de manera insospechada, Dios y el hombre se hacen
uno, celebran las "bodas", las cuales, sin embargo, pasan por la cruz, por el
momento en que el novio "será arrebatado".
Además, la respuesta del Señor clarifica la relación entre Antigua y Nueva Alianza:
el espíritu nuevo no será un remiendo añadido a lo viejo, sino el perfeccionamiento
al que ya apuntaban las enseñanzas del Antiguo Testamento. No se niega ni se
margina la Ley, sino que se lleva a cumplimiento su intrínseca expectativa. El
"nuevo Moisés" será el mediador de una Alianza superior a la que Moisés podía
traer del Sinaí…
—Jesús: tu amor que se entrega en la Cruz es el vino nuevo y selecto reservado
para el banquete nupcial de Dios con los hombres.
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