Comentario al evangelio del Viernes 20 de Enero del 2012
Queridos amigos y amigas:
El evangelio de hoy es un sumario. Presenta en comprimido una espléndida síntesis de pastoral
vocacional. Alude a tres acciones que realiza Jesús para constituir el grupo de los Doce. Tales
acciones, a su vez, se convierten en normativas para la promoción de todas las vocaciones cristianas.
Desde esta perspectiva nos acercamos hoy a la Palabra. En cada bautizado ha de repetirse el triple
proceso que ahora comentamos.
• Llamó a los que quiso. Lo primero es convocar, hacer una propuesta clara dirigida a personas
concretas. Se trata de una elección. No pide voluntarios a mano alzada. Desconocemos los motivos por
los que escogió a aquellos precisamente y no a otros con un mejor currículo. No hizo un casting para
seleccionar a los candidatos más aprovechables. Ni siquiera nos consta que hiciese un sondeo previo,
ni una consulta a expertos. El amor tiene sus razones que la razón no huele. La Iglesia necesita una
pastoral vocacional que formule propuestas claras de seguimiento, sin mantenerse a la espera de
voluntarios que llamen a la puerta.
• Los hizo sus compañeros. Antes de nada, Jesús quiso rodearse de amigos. No hay misión sin
comunidad. No buscaba funcionarios, ni especialistas, ni profesionales. Buscaba amigos, personas con
quienes estrechar una relación de conocimiento y amistad. El amor era su credencial. La relación
personal con Jesús es condición sine qua non en las cosas del Reino. No hay pastoral vocacional
auténtica sin el conocimiento y la amistad con Jesús. Sin liberar espacios para el encuentro y la oración
nunca puede haber auténtica pastoral de las vocaciones.
• Para enviarlos a predicar con poder… Quiso compartir con ellos sus sueños y convertirlos en sus
colaboradores en el avance imparable del Reino. Pero el poder transmitido por Cristo no es como el
que pasa de un presidente de gobierno a un ministro. Jesús no envía a los apóstoles a predicar “en su
lugar”, sino para que estén “con Él”. De hecho, Él nunca los abandona, está presente continuamente y
actúa siempre, aunque parezca que solo actúan los hombres. Pero el poder de estos hombres depende
sólo del hecho de que son miembros del único Cuerpo de Cristo. La pastoral vocacional es misionera.
Jesús convoca para la dispersión apostólica. Pero sólo comparte con sus amigos el poder que tiene para
derrotar el mal.
Colaborar con Jesús en llamar, amar y enviar es la estrategia que mantiene la continuidad de la
comunidad de Jesús. Es el único procedimiento de la auténtica pastoral vocacional.
Vuestro amigo y hermano,
Juan Carlos cmf
Juan Carlos Martos, cmf