EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Sábado de la segunda semana del tiempo ordinario
Segundo Libro de Samuel 1,1-4.11-12.19.23-27.
Después de la muerte de Saúl, David volvió de derrotar a los amalecitas y
permaneció dos días en Siquelag.
Al tercer día, llegó un hombre del campamento de Saúl, con la ropa hecha jirones y
la cabeza cubierta de polvo. Cuando se presentó ante David, cayó con el rostro en
tierra y se postró.
"¿De dónde vienes?", le preguntó David. El le respondió: "Me he escapado del
campamento de Israel".
David añadió: "¿Qué ha sucedido? Cuéntame todo". Entonces él dijo: "La tropa
huyó del campo de batalla y muchos del pueblo cayeron en el combate; también
murieron Saúl y su hijo Jonatán".
Entonces David rasgó sus vestiduras, y lo mismo hicieron todos los hombres que
estaban con él.
Se lamentaron, lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl, por su hijo
Jonatán, por el pueblo del Señor y por la casa de Israel, porque habían caído al filo
de la espada.
"¡Tu esplendor ha sucumbido, Israel, en las alturas de tus montañas! ¡Cómo han
caído los héroes!
¡Saúl y Jonatán, amigos tan queridos, inseparables en la vida y en la muerte! Eran
más veloces que águilas, más fuertes que leones.
Hijas de Israel, lloren por Saúl, el que las vestía de púrpura y de joyas y les prendía
alhajas de oro en los vestidos.
¡Cómo han caído los héroes en medio del combate! ¡Ha sucumbido Jonatán en lo
alto de tus montañas!
¡Cuánto dolor siento por ti, Jonatán, hermano mío muy querido! Tu amistad era
para mí más maravillosa que el amor de las mujeres.
¡Cómo han caído los héroes, cómo han perecido las armas del combate!".
Salmo 80(79),2-3.5-7.
Escucha, Pastor de Israel,
tú que guías a José como a un rebaño;
tú que tienes el trono sobre los querubines,
resplandece ante Efraím, Benjamín y Manasés;
reafirma tu poder y ven a salvarnos.
Señor de los ejércitos,
¿hasta cuándo durará tu enojo,
a pesar de las súplicas de tu pueblo?
Les diste de comer un pan de lágrimas,
les hiciste beber lágrimas a raudales;
nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,
y nuestros enemigos se burlan de nosotros.
Evangelio según San Marcos 3,20-21.
Plegaria a Jesús en el Santísimo Sacramento
Jesús regresó a la casa, y de nuevo se juntó tanta gente que ni siquiera podían
comer.
Cuando sus parientes se enteraron, salieron para llevárselo, porque decían: "Es un
exaltado".
Comentario del Evangelio por
Beato Juan XXIII (1881-1963), papa
Plegaria a Jesús en el Santísimo Sacramento
Jesús se da hasta el extremo (Jn 13,1)
Oh Jesús, alimento de las almas que sobrepasa toda realidad natural, este
pueblo inmenso se dirige a ti clamando. Se esfuerza para dar a su vocación humana
y cristiana un nuevo impulso, para embellecerla con virtudes interiores, siempre
dispuesto al sacrificio del que tú eres la misma imagen por la palabra y por el
ejemplo. Tú eres el primero de nuestros hermanos; tú has andado primero el
camino de cada uno de nosotros; tú has perdonado las faltas de todos. Y tú llamas
a todos a dar un testimonio de vida más noble, más activo, más comprensivo.
Jesús, «pan de vida» (Jn 6,35), el solo y único alimento esencial del alma,
acoge a todos los pueblos a tu mesa. Ella hace presente la realidad divina sobre la
tierra, la prenda de las bondades celestiales, la certeza de un entendimiento
dichoso entre los pueblos y una lucha pacífica de cara al verdadero progreso y a la
civilización. Alimentados por ti y de ti, los hombres serán fuertes en la fe, gozosos
en la esperanza, activos en la caridad. Las buenas voluntades triunfarán de las
trampas tendidas por el mal; triunfarán del egoísmo, de la pereza. Y los hombres
rectos y temerosos de Dios escucharán levantarse de la tierra, de la cual la Iglesia
quiere ser la imagen aquí abajo, los primeros ecos misteriosos y suaves de la
ciudad de Dios. Tú nos conduces a los buenos pastos; tú nos proteges. Muéstranos,
Jesús, los bienes de la tierra de los vivos (sl 26,13).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”