III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO B
PARADOJAS
Padre Pedrojosé Ynaraja
El domingo pasado, el evangelio de Juan que se nos proponía en la misa, nos
hablaba de cómo se iniciaron en la Gran Aventura los primeros discípulos. Este
domingo, el fragmento de Marcos, nos lo explica de otra manera. No se
contradicen. Cada uno lo cuenta según su estilo. El Evangelio, como los demás
escritos bíblicos, decimos que son inspirados, no que han sido escritos al dictado.
Los autores, a los que llamamos hagiógrafos, (palabreja que debéis incorporar a
vuestro argot cristiano), no son meros copistas de lo que escuchan. Vosotros, mis
queridos jóvenes lectores, conoceréis, y tal vez utilicéis, el programa “DRAGON”
mediante el cual, habláis ante el cacharrito y él se encarga, con bastante acierto,
de convertir lo oído en un texto escrito, que podéis imprimir o enviar y hasta
traducir. No, Dios está lejos de estos instrumentos informáticos. Tiene el propósito
de que le llegue a la humanidad entera su mensaje, mediante libre colaboración
humana. Por ello se lo inspira a una persona de su confianza, esta, fiel a los deseos
del Señor, la expresa a su manera, según su estilo, de acuerdo con las normas y
costumbres del momento y del lugar en que se encuentra. Sin que su contenido,
falte a la verdad.
Estamos descubriendo los orígenes de la Iglesia y, con cierta nostalgia, el autor que
ya ha vivido momentos de dificultad. (lo era entender al Señor, por más que fuera
maravillosa su doctrina. Peor mal trago fue su Pasión y Muerte, aunque le sucediera
la asombrosa Resurrección. Continuaron los aprietos: persecuciones de los judíos e
inicio de las romanas). Marcos, en este caso, juega con el lenguaje, incluyendo la
paradoja, pero de acuerdo con la realidad. Los primeros que siguieron a Jesús, casi
todos ellos, eran pescadores de peces de oficio. Y se convirtieron en pescadores de
hombres, de acuerdo con los deseos del Maestro, al que previamente habían
conocido, del que estaban convencidos, al que empezaban a admirar y que
descubrían que, ofreciéndoles una vida diferente, encontrarían en ella un nuevo
sentido que les llenaría de satisfacción. Iban a romper con la rutina, sin perder la
incertidumbre, la intriga, muy superior a la de la mejor película de misterio.
Nunca he sido pescador profesional, pero recuerdo perfectamente las sorpresa que
sentí, el primer pez que pesqué, exactamente una bermeja, con un sedal atado a
un alfiler doblado, a modo de anzuelo, a orillas del Arlanzón, en Burgos. Quien
Planta unas semillas, si es constante en regarlas y abonarlas, y tiene paciencia para
esperar que pase el tiempo, casi con total seguridad recogera frutos. Coger la caña
o la red, lanzarlas desde la orilla o desde una barca, siempre es un enigma:
¿picarán hoy los peces, o no picarán? ¿los podré sacar, o se me escaparan? ¿Serán
tan grandes que romperán la red, o tan pequeños que no valdrá la pena
conservarlos? ¿Volveré a casa satisfecho o decepcionado?. Esta incertidumbre es
uno de los atractivos del oficio, muy contraria a la monotonía del trabajo rutinario
industrial en cadena
Salir a pescar siempre es aventurado. Seguir a Jesús, es la más gran aventura que
uno pueda imaginar.
No quisiera que olvidaseis el contenido de la segunda lectura de la misa de hoy. Ser
cristiano es ser diferente. Es probable que cuando tengáis proyectado un plan y lo
propongáis a vuestros compañeros, os puedan decir ¿y por qué no hemos de ser
como los demás? ¿Por qué la fiesta que organicemos no ha de ser idéntica a la de
años anteriores, que sabemos da buenos resultados? ¿por qué las vacaciones han
de ser en ese sitio estrambótico? Un montón de preguntas de este estilo os harán,
o saldrán desde el interior de vosotros mismos. Pues sí, a vuestros estudios les
debéis dar un nuevo sentido. A vuestra amistad mayor profundidad, a vuestro
enamoramiento diferente estilo. Os tocará sonreír, porque os haga gracia, cosas
que los demás ignoran. Sentiréis conmiseración por penas de otros que os hacéis
vuestras. Tal vez vuestro lenguaje no corresponda al general, porque en el fondo,
en el horizonte, próximo o lejano, estáis seguros de que os espera otra existencia,
que con vuestro obrar actual os la vais preparando. Mientras que los demás, los de
vuestro entorno, incluso los de vuestra familia, a lo mejor, o a lo peor no tienen
puesta la mirada, más que en lo inmediato, lo que se saborea y disfruta como un
caramelo. Ignorando la felicidad que se vive acompañando y compartiendo los
proyectos del Señor-amigo.
Padre Pedrojosé Ynaraja