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III Semana del Tiempo Ordinar io (Año Par)
Lunes
(Mc 3, 22-30)
Satanás ha sido derrotado . El relieve que los evangelistas dan a la acción del
Espíritu Santo en Cristo significa que su misión mesiánica, estando encaminada a
vencer el mal, comporta desde el comienzo la lucha con aquel que es “mentiroso y
padre de la mentira” (Jn 8, 44): el espíritu de rechazo del reino de Dios. La victoria
de Cristo sobre Satanás al comienzo de la actividad mesiánica es el preludio y el
anuncio de su victoria definitiva en la cruz y en la resurrección.
Jesús atribuye esta victoria al Espíritu Santo en cada etapa de su misión
mesiánica: “Por el Espíritu de Dios expulso yo los demonios” afirma (Mt 12, 28). En
esta lucha y en esta victoria de Cristo se manifiesta, pues, el poder del Espíritu, que
es su íntimo autor e incansable realizador. Por esto Jesús advierte con tanto rigor a
sus oyentes sobre el pecado que él mismo llama “la blasfemia contra el Espíritu
Santo” (Mt 12, 31-32; cf. Mc 3, 29; Lc 12, 10).
Se establece una confrontación entre quien habla contra la persona del Hijo del
hombre y quien habla contra la persona del Espíritu Santo (Mt 12, 32; Lc 12, 10) y
se afirma que la ofensa hecha al Espíritu es más grave. “Blasfemar contra el
Espíritu Santo” quiere decir ponerse de la parte del espíritu de las tinieblas, de
forma que el hombre se cierra interiormente a la acción santificadora del Espíritu de
Dios. He aquí por qué Jesús declara que ese pecado no puede ser perdonado “ni en
este mundo ni en el otro” (Mt 12, 32). El rechazo interior del Espíritu Santo es el
rechazo de la fuente misma de la vida y de la santidad. Entonces el hombre se
excluye por sí solo y libremente del ámbito de la acción salvífica de Dios.
Además de la actuación del Espíritu Santo en toda la misión de Cristo, actúa en
la vida y en la historia de los seguidores de Cristo librándolos del mal, les da la
fuerza en la lucha con el espíritu de las tinieblas, les prodiga el gozo sobrenatural
del conocimiento de Dios y del testimonio de Cristo incluso en las tribulaciones.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)