Discípulos y misioneros de Cristo.
2012-01-25
Evangelio
Del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «Vayan por todo el mundo
y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el
que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a
los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas,
cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño;
impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, permite que esta meditación me marque el camino para seguir el gran
ejemplo de la vida del apóstol san Pablo, que una vez que experimentó tu amor ya
no hubo nada ni nadie que lo apartará de su misión. En este nuevo año quiero
sepultar a ese hombre viejo que hay en mí para dejarme conquistar por tu amor.
Petición
Señor, concédeme que mi testimonio comunique la alegría de mi fe.
Meditación
Discípulos y misioneros de Cristo.
«De esta amistad con Jesús nacerá también el impulso que lleva a dar testimonio
de la fe en los más diversos ambientes, incluso allí donde hay rechazo o
indiferencia. No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por
tanto, no os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la
alegría de vuestra fe. El mundo necesita el testimonio de vuestra fe, necesita
ciertamente a Dios. Pienso que vuestra presencia aquí, jóvenes venidos de los cinco
continentes, es una maravillosa prueba de la fecundidad del mandato de Cristo a la
Iglesia: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”. También
a vosotros os incumbe la extraordinaria tarea de ser discípulos y misioneros de
Cristo en otras tierras y países donde hay multitud de jóvenes que aspiran a cosas
más grandes y, vislumbrando en sus corazones la posibilidad de valores más
auténticos, no se dejan seducir por las falsas promesas de un estilo de vida sin
Dios» (Benedicto XVI, 21 de agosto de 2011).
Reflexión apostólica
«Además, el Regnum Christi celebra los principales acontecimientos de su historia
con profunda gratitud hacia Dios nuestro Señor y en un ambiente de familia y
comunión eclesial, a saber: 3 de enero, fundación de la Legión de Cristo y
del Regnum Christi ; 25 de enero, conversión de san Pablo, fiesta patronal de los
miembros de segundo grado del Regnum Christi ; 26 de noviembre, aprobación
oficial de los Estatutos del Regnum Christi por parte de la Santa Sede. Para ello, el
Movimiento organiza diversos actos conmemorativos entre los que destaca la
celebración eucarística, así como algunos momentos especiales de convivencia. En
estos actos se da a conocer la fiesta que se celebra y su sentido en la vida del
Movimiento, y se invita a todos a agradecer a Dios por el don del carisma recibido
para bien de la Iglesia» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n.
445).
Propósito
Seguir el modelo de discípulo y misionero que nos presenta la vida de san Pablo.
Diálogo con Cristo
Señor, ¡quiero ser un san Pablo para mi familia y el mundo de hoy! Quiero dejarme
conquistar por la fe para lograr mi transformación interior y poder llegar a decir,
por la gracia que me das, que ya no vivo yo sino que es Cristo quien vive en mí.
Quiero dejar el afán por el aparecer, por el bienestar, por las posesiones, por el
éxito pero, sobre todo, teniendo en cuenta que mi vida cristiana no se resume en
negaciones sino en la entrega, por amor, a los demás.
«“Te basta mi gracia, porque mi fuerza se realiza en la flaqueza”. No tienes por qué
temer. Te sostiene también a ti esta seguridad que llenó la confianza de san Pablo»
( Cristo al centro, n. 1185).