“Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?”.
Mc 4, 35-41
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. “CRUCEMOS A LA OTRA ORILLA”.
Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Crucemos a la otra orilla”. Jesús, invita
solo a sus discípulos, para que fuesen testigos del milagro que iba a obrar. Pero fue sólo
con ellos, a fin de que nadie viera su poca fe.
Dice San Marcos que había otras barcas junto a la suya. Y para que no se enorgullecieran
sus discípulos porque los llevaba a ellos solos, permitió el peligro en que se vieron, con
objeto, pues, de que los impresionase más el milagro que iba a obrar. El da tiempo al temor
entregándose al sueño.
2. “JESÚS ESTABA EN LA POPA, DURMIENDO SOBRE EL CABEZAL”
La descripcin que hace San Marcos, es descriptiva. Así, precisa: “Jesús estaba en la popa,
durmiendo sobre el cabezal”, Luego presenta a Jesús mandando por separado al viento y al
mar que se sosieguen. Aunque los apóstoles ya habían presenciado algunos milagros de
Jesús, no pensaron en su poder ante un espectáculo tan imponente, esto les produce una
fuerte admiración de preguntarse quién sea el que tiene tantos poderes. Ya se había
pensado que El fuese el Mesías. Cristo va preparando gradualmente el proceso de su
revelación divina.
Si Jesús hubiese estado despierto, no habrían temido ni rogado por la tempestad que se
levantó, o no habrían creído que pudiera hacer tal milagro.
3. “MAESTRO! NO TE IMPORTA QUE NOS AHOGUEMOS?”
En el evangelio, parece que Jesús los dejó caer en el peligro de la prueba, para que
experimentasen en sí mismos su virtud, cuyos beneficios habían visto en los otros, así es
como dormía, pues, sobre la popa de la barca reclinada la cabeza en una tabla. Todavía no
conocían su gloria los discípulos que estaban con El, y aunque creían que despierto podía
mandar a los vientos, no creían pudiera hacerlo estando dormido o descansando. Por eso lo
despertaron y le dijeron: “Maestro! No te importa que nos ahoguemos?”
4. “SILENCIO! CÁLLATE!”
Despertándose Jesús, Él increp al viento y dijo al mar: “Silencio! Cállate!” Del movimiento
del mar se levanta cierto sonido o ruido que parece ser como su voz que anuncia el peligro
que amenaza. Por esto, usando de una metáfora, le manda que se sosiegue con la palabra
"cállate", produciendo un cambio a lo que altera la paz de sus discípulos. El efecto vino de
inmediato, el viento se aplacó y sobrevino una gran calma.
5. “POR QUÉ TIENEN MIEDO?
Después Jesús les dijo: “Por qué tienen miedo? Cmo no tienen fe?” Reprendi entonces
a sus discípulos por su falta de fe. Si hubieran tenido fe, hubiesen creído que aun
durmiendo podía conservarlos sanos y salvos. Jesús se mostró a ellos como Dios, y como
hombre, por cuanto se rindió al sueño.
6. “ENTONCES SE DESATÓ UN FUERTE VENDAVAL, Y LAS OLAS ENTRABAN EN LA
BARCA”.
Así nos sucede algunas veces a nosotros, se nos desata un vendaval de problemas en
nuestra vida y la turbación entra en nosotros con amenaza de hundirnos, olas que ahogan
nuestro ánimo y nuestro deseo de superarnos. Los temores nos invaden el alma y nos
hacen perder el trato íntimo con Dios. Muchas veces son cosas simples de resolver, pero
nos imposibilitan a entregarnos con tranquilidad a la oración. En otras ocasiones, recibimos
alguna noticia poco agradable y perdemos la calma. Entonces vemos que en el fondo de
nuestro corazón, pareciera que esta dormido Jesús, y le preguntamos, ¿porque a nosotros,
no te importa que nos ahoguemos? .
7. JESÚS, NO DUERME NI ABANDONA A SUS HERMANOS
En efecto, el Señor nunca nos deja, pero nosotros si podemos dejarlo a El, entonces parece
que si le dejamos, El permite una tempestad en nosotros y vivimos momentos de
contradicción y temor. Para superar todo momento difícil, no dejemos de acudir a El,
aunque pareciera que no nos esta oyendo, si lo esta. Porque El Señor Jesús, no duerme ni
abandona a sus hermanos, pero si prueba su fe, su constancia y su fidelidad. En cierta
oportunidad, Santa Catalina de Siena, se quejo que de que el Señor la había abandonado
en la hora de una prueba y el Seor le respondi, “Nunca estuve mas cerca de ti que en ese
momento”
8. SI DAMOS TODO DE SI, PODEMOS CONFIAR EN LA AYUDA DE JESÚS.
Tenemos que poner mucho de nosotros y hacerlo en forma habitual cada día, ya que Jesús
nos pide esfuerzo, y si damos todo de si, podemos confiar en la ayuda de Jesús. Frente al
peligro, El nos extenderá cariñosamente las manos para salvarnos, pero nos hará ver la
poca fe, nos echará en cara que si estuvimos en peligro y tuvimos miedo fue por no confiar
en El o por que no hemos distanciados de El.
9. LA SEGURIDAD DE QUE CRISTO ESTÁ CON NOSOTROS
Nuestra vida, se desarrolla y avanza en medio de las dificultades y tempestades de esta
vida terrenal; algunas veces puede dar la impresión de que vamos a naufragar, y nos
hundiremos totalmente, a pesar de nuestra habilidad para salir de las situaciones difíciles.
Sólo la seguridad de que Cristo está con nosotros –aunque a veces se piense que esta
dormido, nos da la seguridad de salir triunfante de las olas amenazantes y de toda
tempestad, y de poder llegar al puerto definitivo. Ante las dificultades que parecen
insuperables, tengamos confianza en el Cristo invisible, que domina la situación porque es
el Señor de lo imposible.
El Señor les Bendiga